La FIFA y la UEFA vuelven a mostrar fuertes contrapuntos por la propuesta de Gianni Infantino de realizar una Copa del Mundo cada dos años. El organismo mundial publicó una encuesta en la que asegura que la mayoría de los fanáticos "apoya la iniciativa", mientras que los europeos mostraron un "estudio independiente" en el que plantea que el proyecto generaría  "impacto deportivo y financiero perjudicial para el fútbol y los aficionados".

El organismo que preside Infantino publicó un trabajo que fue llevado a cabo entre los meses de agosto y noviembre de 2021, como "parte de un proceso de consulta más amplio con todos los grupos de interés del fútbol". La FIFA plantea que la encuesta fue pedida por las 166 federaciones miembro y generó una participación de más de 100 mil personas de 140 países.

Según la FIFA, "al 63.7 % de los aficionados les gustaría que la Copa Mundial de la FIFA se celebrara con mayor frecuencia, mientras que el 23.3 % contestó que tal vez, el 11 % se mostró en contra y el 2 % no tenía una opinión formada". A su vez, plantearon que "la categoría de edad que mostró un mayor respaldo a la celebración de los Mundiales masculino y femenino con mayor frecuencia es la de 25 a 34 años, y la que menos, la de mayores de 55".

Como contó Doble Amarilla, la propuesta que llevó adelante Infantino está lejos de conseguir los consensos necesarios y ya recibió un rechazo explícito de la Conmebol y de la UEFA, quienes además plantearon la idea de un proyecto alternativo denominado "Global Nations League", que este viernes Doble Amarilla reveló que ya tiene una proyección junto con Conmebol para la edición 2024/25.

Future of Football webinar | Nuno Gomes, Juan Pablo Angel & Peter Weber

Por su parte, la UEFA, publicó un "estudio independiente" de la consultora Oliver & Ohlbaum en la que evalúa cuál sería el impacto económico que tendrían las federaciones miembro si prospera la idea de una Copa del Mundo cada dos años. En el comunicado, sostienen que el informe muestra "alarmantes conclusiones" que "suscitan serias dudas sobre la sostenibilidad del plan para las federaciones miembro europeas, se suman a varias observaciones que abordan los efectos en diversos ámbitos del juego y sus competiciones".

"El objetivo anunciado de suavizar la carga del calendario para los jugadores choca con la duplicación de las fases finales, que haría que cada temporada terminara con un Mundial o un campeonato de confederaciones. Torneos de tal intensidad no pueden repetirse cada año sin que aumente el agotamiento mental y físico de los jugadores, que de hecho se encontrarían jugando incluso más de un torneo por temporada, si todos los partidos de clasificación se celebraran en uno o dos bloques largos", plantean como primer análisis sobre si se podría o no acortar la carga de partidos en el calendario.

"Un mes de actividad de las selecciones nacionales dejaría a los jugadores no internacionales sin competición mientras sus compañeros internacionales jugarían intensamente. Los clubes cargarían con las consecuencias de esta incoherencia", agregan.

A su vez, en cuanto al desarrollo de talentos, sostienen que "junto con el fin del Campeonato de Europa sub-21, todo el sistema de campeonatos de selecciones nacionales juveniles tendría que ser revisado y probablemente reducido, como efecto de la reducción de las ventanas disponibles para el fútbol de selecciones".

"Como señaló el COI, el plan de duplicar la frecuencia del Mundial tendría efectos preocupantes sobre muchos otros deportes, cuyos eventos clave se enfrentarían a choques de calendario sin precedentes y verían sus espacios invadidos por un poderoso competidor", plantearon desde la UEFA.

En cuanto a lo económico, aseguran que los ingresos de las federaciones miembro europeas podrían caer entre €2.500 y €3.000 millones a lo largo de un ciclo de cuatro años. Plantean que esto se daría "si se suman las pérdidas de los ingresos centralizados (derechos de los medios de comunicación de los Clasificatorios Europeos masculinos y de la Nations League, repartos de la UEFA EURO) y de las fuentes individuales, como la venta de entradas y los patrocinios".

Por último, en el comunicado, la UEFA plantea: "Haciéndose eco de las claras objeciones expresadas por las partes interesadas europeas en varias ocasiones y de la firme y motivada oposición anunciada por las organizaciones de aficionados, la UEFA considera que sólo deben proponerse cambios radicales si se traducen en beneficios claros e incuestionables para el juego y sus actores".