(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El pirotécnico juicio contra Juan Ángel Napout, José María Marín y Manuel Burga, que alcanzó su punto más álgido con las cuatro jornadas en que el ex CEO de Torneos, Alejandro Burzaco estuvo en el estrado, está llegando a su fin.

La fiscalía de Estados Unidos ridiculizó los argumentos de los abogados de los acusados, que van desde tildar a sus defendidos de “Naif” o de “no conocer las leyes”, y la jueza Pamela Chen ya se encargó de pedir a los 12 hombres y mujeres que conformarán el juzgado que resolverán si el trío de altos directivos es o no culpable.

Para facilitar la tarea de los elegidos, Chen preparó material casi que didáctico de lo que aconteció en la Corte de Brooklyn desde el mes de noviembre. Son 54 páginas en las que se detallan los delitos de los cuales se los acusa y hasta se explica, en términos legales, que es una conspiración. 

Durante la jornada de este jueves, el abogado Charles Stillman, cuyo patrocinado es José María Marín, intentó “limpiar” el buen nombre de su defendido, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Aseguró que Marin no aceptaba sobornos, debido a que “era un hombre rico y no necesitaba el dinero” y agregó que “no hay prueba de que el dinero que la fiscalía enseño entrando en su cuenta bancaria fue soborno sino otra cosa”. Además, apuntó a Marco Polo Del Nero, actual mandamás de la CBF y a Ricardo Teixeira, quién lo precedió en el cargo: “Marin fue un inocente y naif y no se dio cuenta lo que pasaba tras su espalda”.

Sobre Del Nero, hay que decir que el Comité de Ética de la FIFA lo está investigando desde diciembre de 2015. La fiscalía norteamericana le endilga los mismos delitos que a Marín, pero con una diferencia de seis meses en su imputación. Tiempo que Del Nero utilizó para recluirse en Brasil, país que no extradita a sus ciudadanos. Mientras, Del Nero sigue al frente de la CBF. 

Cerca de la condena

Durante la mañana de este jueves, la fiscal Kristin Mace tuvo a su cargo las argumentaciones finales en el juicio del escándalo de FIFAgate y no dudó: “Los acusados deben ser hallados culpables por la enorme cantidad de evidencias presentadas”.

Mace fue categórica al señalar que dentro del esquema de corrupción denunciado, se cumple el primer gran elemento que incrimina a los acusados que es la “conspiración”. En ese sentido, según indica el diario “ABC Color”, remarcó que “necesariamente hubo un acuerdo de todos los dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para mantener los contratos de las empresas (Traffic, Torneos y Full Play) cuyos directivos confesaron haber pagado millones de dólares de coimas”.

Nunca hubo competencias, ni licitaciones. Cuando aparecía una nueva empresa, lo único que se hacía era agregar a esa empresa al esquema de sobornos y los mayores ingresos iban a privilegiar a los dirigentes y no a la organización”, sostuvo Mace, una maniobra que quedó clara cuando declaró José Hawilla, y contó que sucedió cuando en medio del contrato vigente de Traffic con Conmebol, aparecieron Torneos y Full Play.

Además, expuso algo que está siendo seguido de cerca por los clubes: que los torneos de la Conmebol, como la Copa Libertadores, la Sudamericana y la Copa América podían haber recibido mejores ingresos de no haber sido por el acuerdo entre los dirigentes para quedarse con las empresas que pagaban sobornos. 

Sobre Napout en particular, subrayó que el exdirigente paraguayo aseguraba la mayoría en el Comité Ejecutivo de CONMEBOL para seguir liderando el “Grupo de los 6”, integrado para exigir a Brasil y Argentina, los mismo privilegios en los montos de las coimas. Destacó que los sobornos se realizaron a través del “Bank of América” e iban a empresas de cambios en Buenos Aires, como “Ahlec Tour”, para luego pasar a Full Play, la empresa de los hermanos Hugo y Mariano Jinkins es desde dónde se hizo el pago al ex presidente de CONMEBOL, bajo sus siglas JAN o el apodo automovilístico que recibió en su momento: “Honda”.

Mace, según continúa relatando “ABC Color”, aseveró que “Napout fue el que recibió más coimas y habló de US$ 10,5 millones, frente a unos US$ 6,5 millones por parte de Marín y US$ 4 millones de Burga”.