(De la redacción de DOBLE AMARILLA) La candidatura de Conmebol de Argentina, Uruguay y Paraguay fue la primera en lanzarse a la carrera para el Mundial 2030 pero en la recta final hacia la formalización de los competidores, el sueño de volver a traer la Copa del Mundo para el centenario parece cada vez más lejana.

De aquel 29 de julio del año pasado cuando la AFA y la AUF formalizaron la intención de traer al máximo torneo mundial a Sudamérica -luego se sumó la AFP- pasó poco tiempo pero el contexto tanto regional como internacional cambió... y mucho.

Por empezar la lista de interesados para suceder al Mundial norteamericano (USA, Canadá y México) de 2026 se incrementa con el correr del tiempo y Europa hasta se da el gusto de multiplicar sus opciones: a la primigénia opción británica con Inglaterra como impulsor, en esta semana se sumó España como motor de una opción mediterránea con Portugal y Marruecos.

Si bien UEFA ya le dio un guiño, a través de su presidente Aleksandr Ceferin, a la FA para la candidatura de Inglatera junto con Escocia, Gales e Irlanda del Norte, esta semana Gianini Infantino le dio su venia a España -a través del presidente Pedro Sánchez y el líder de la RFEF, Luis Rubiales- para que impulse una alterntiva intercontinental para la Euro 2028 o el mencionado Mundial 2030.

A este escenario "solo europeo" hay que sumarle que Asia pretende profundizar la integración entre las dos Coreas que se dio en los últimos Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang para que se lancen juntos para recibir a este evento.

Asimismo si bien Infantino le sugirió a China que apunte a la edición 2034, el gran país rojo podría intentar ir en solitario para cuatro años antes y Japón siempre es potencial sede para sumarse como opción o también por sí solo.

Por último Marruecos, que compitió con Concacaf para 2026 también podría aliarse con otros países africanos como Argelia y Túnez para llevar adelante una opción de su continente cuya única edición plena fue en Sudáfrica 2010.

Otra opción un poco más lejana es que Australia logre convencer a su vecino Nueva Zelanda para proponerle al mundo llevar por primera vez un Mundial a Oceanía.

Además de este escenario macro geopolítico, la devaluación del peso argentino, la baja de la candidatura rioplatense para el Mundial de Básquet 2027 y la actual constitución de una Comisión Regularizadora en la AUF, sumada al cambio de presidente que sufrirán Argentina y Uruguay a fines del año próximo conforman un escenario regional complicado para disputar este sueño que cada vez camina más hacia la utopía.

Desde la organización de la candidatura y desde Conmebol afirman que no hay cambio de planes y que se seguirá impulsando el sueño de volver a traer la Copa del Mundo para su centenario... aunque habrá que ver si esto se sostiene en el tiempo.