Mar del Plata podría quedarse sin su clásico River - Boca y hasta sin partidos de los tradicionales torneos de verano. La razón principal radica en las notables diferencias entre el intendente Carlos Arroyo y los organizadores. Por si fuera poco, tampoco hay pleno acuerdo entre la empresa y algunos de los clubes.

El municipio reclama que se pague el 5% de la recaudación de cada partido, demanda muy lejano a la postura de la firma, que incluso ya les manifestó a las autoridades que, de no llegar a un arreglo en los próximos días, trasladarán los partidos a otras ciudades del país porque son ellos quienes “imponen las condiciones”. 

La idea de los organizadores era acordar por las próximas dos temporadas y para eso se reunieron con el intendente Arroyo y Hernán Mourelle, secretario de Hacienda. La empresa presentó una oferta de $100 mil por encuentro y un plus de $25 mil por el superclásico. 

Los funcionarios argumentan que, con el alza de los servicios, el costo de apertura del estadio sería similar al de la propuesta de los empresarios, por lo cual las diferencias son considerables. Por ejemplo: ante un partido de mediana a baja concurrencia, se estima una recaudación de $5 millones. Al municipio le corresponderían $250 mil, más del doble de lo que pretenden desembolsar los organizadores.

Por otra parte, los organizadores aún no recibieron la aprobación de los clubes al calendario y ese es otro tema que, por ahora, dilata la confirmación de los partidos. En las últimas horas surgió el rumor de la realización de un triangular en Mendoza entre Godoy Cruz, River y Boca.