(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Lo que va a suceder en breve, Sergio Marchi sabía que podía suceder. Tras su procesamiento en la causa ‘Fútbol para Todos’, su apelación y la confirmación de dicho procesamiento, el Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados tenía claro que, probablemente, sus días estaban contados. 

Para colmo, a la hora de la verdad, el Gobierno Nacional lo quiere afuera del sindicato. Y los clubes de Primera División, en su amplia mayoría, no piensan moverse mucho para apoyarlo. 

El propio presidente Mauricio Macri siguió paso a paso la causa del Fútbol para Todos. Al darse el procesamiento de Marchi, en el entorno del titular del Ejecutivo Nacional se supo que el deseo de Macri era que haya un cambio en la organización sindical de futbolistas. 

Lo primero que hizo el Gobierno fue armarse de paciencia y así esperó que (luego de que Marchi apelara) la Cámara confirmara el procesamiento. Eso se dio el 14 de noviembre pasado. Hasta incluso, por un momento, en Balcarce 50 pensaron en intervenir el sindicato, pero analizando la situación entendieron que de llevar adelante una intervención administrativa por parte del Ministerio de Trabajo podían tener un alto costo político. 

Ante eso, el oficialismo nacional esperó en vano que un futbolista (en actividad o retirado) hiciera una denuncia o un pedido especial, o bien que accionara la Justicia mediante los magistrados pidiendo la intervención. Macri y su entorno entendían que salir a la cancha interviniendo por decreto el gremio iba a poner al Gobierno en una posición incómoda y visible. 

Por todo eso, se optó por la opción de esperar la confirmación del procesamiento, y a partir de ahí, desarrollar una estrategia. Desde el 14 de noviembre a la fecha, en la Rosada tuvieron una certeza: Marchi ya es parte del pasado en Agremiados. Hace dos semanas, gente cercana al Gobierno le hizo saber a Marchi es su situación judicial es muy complicada. Le sugirieron que lo mejor es dar un paso al costado. El encargado de hacercelo saber fue nada menos que Daniel Angelici, el hombre fuerte de Macri en el fútbol. 

Tras la reunión en la que el presidente de Boca (según pudo saber DOBLE AMARILLA) fue muy explícito y claro, Sergio Marchi no bajó la guardia y buscó respaldo en diversos espacios de poder del fútbol. Los puños en altos, en clara señal a resistir ante la decisión del Gobierno, se fueron bajando y evidencian debilidad. En ninguno de sus llamados Marchi encontró eco. Es más, en algunos casos le dijeron que no podían apoyarlo y que no había chance de hacer contrapeso ante la firmeza del macrismo. Cada respuesta negativa fue erosionando la resistencia del sindicalista, que ya paladea el final de su ciclo. 

Como ya había anticipado DOBLE AMARILLA, el Gobierno contó con un bloque silencioso como aliado: Los dirigentes de Primera División. En la dirigencia siempre rondó la idea de intentar buscar un sucesor a Marchi. En algún momento, con la creación de la Superliga, se pensó en un sindicato nuevo para los clubes de Primera, marginando a Agremiados de la elite y circunscribiéndolo al ascenso. Luego eso quedó en la nada. De haber encontrado eco en la dirigencia, posiblemente Marchi hubiera ensayado una resistencia, situación que finalmente no sucedió. En pocas semanas se empezará hablar de ‘la sucesión’ del ‘Turco’. Con elecciones en el sindicato o lista única, es un hecho que habrá renovación.