(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Marcelo D’Alessandro es el Secretario de Seguridad porteño y el hombre que conduce políticamente los operativos luego de que Horacio Rodríguez Larreta expulsara de su gobierno a Martín Ocampo tras el deficiente accionar de la seguridad en la segunda final de la CopaLibertadores en el Monumental.

"Está todo coordinado con Marcelo D’Alessandro para que haya un festejo en paz, en armonía, para que los hinchas puedan celebrar en el estadio”, lanzó ayer Diego Santilli, quien asumió la cartera caliente en lugar de Ocampo. Esta aseveración del ministro riverplatense dejó intranquilidad en Núñez. Es que el mismo D’Alessandro quien en buena parte fue el responsable del operativo de seguridad de la fallida Superfinal. Será él quien políticamente diagrame y coordine el accionar de las fuerzas de la Ciudad y federales que acompañarán al micro de River desde el Aeropuerto de Ezeiza al Monumental. Por el momento, aún no habilitó una caravana con micro descapotable (temen piedras ahora de hinchas de Boca) para que los miles de hinchas que no accedan al estadio puedan tener su festejo en una medida que, según le advirtieron algunos expertos, puede terminar generando un peligroso “embudo” en Nuñez.

¿Pero quién es Marcelo D’Alessandro? Antes de llegar a ocupar el cargo que hoy tiene, D’Alessandro viene de hacer política en el Frente Renovador de Sergio Massa.  Abogado recibido en la UCA, en su CV en la política tiene estos puntos: Fue Diputado Nacional por el Frente Renovador gracias a su rol de Interventor de Unión Popular, uno de los sellos que forman parte del armado massista y partido que tiene un lazo con Eduardo Duhalde. Llegó a la cámara baja tras las elecciones de 2013, el momento de gloria de Massa. Antes había sido Director General de Infracciones del Gobierno de la Ciudad. A pesar de tener lazos con el massismo, llegó a ser uno de los hombres fuertes de la seguridad porteña. 

En sus etapas en el Frente Renovador, D’Alessandro caminó el distrito de Lanús. Con presencia territorial, estuvo cerca de Francisco De Narváez y Nicolás Russo, otros hombres de peso dentro del sello massista en el GBA y la Provincia de Buenos Aires. Además, es el Presidente de la Comisión de Legislación del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora, y docente en la cátedra de Derecho Político en la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ). 

Muchos se preguntaron cuál fue la razón que lo catapultó al difícil cargo en la Ciudad ya que no contaba con experiencia alguna en cuestiones de seguridad y fue llamativo su nombramiento. Quienes están cerca del alcalde Rodríguez Larreta saben que fue dentro de un acuerdo con Daniel Angelici a sabiendas que su exjefe inmediato (Martín Ocampo) también es alguien muy cercano del presidente de Boca. Pero, en todo este entramado de lazos, lo que no se supo es la íntima relación de D’Alessandro con la jueza María Servini, la misma que tiene Angelici quien no duda en decirlo en reuniones privadas. 

La “Chuchi”, como la llaman a la temida jueza federal en Comodoro Py, lo trata como un hijo al cuestionado Secretario. Es la razón por la cual aún no ha renunciado ya que todos saben que Servini es alguien que por sus competencias en temas electorales (de hecho fue quien intervino el PJ designando a Luis Barrionuevo como Interventor aunque luego tuvo que dar marcha atrás con esa resolución judicial), siempre es requerida. Cercana también a muchos políticos, fue la jueza que llevó adelante la mediática causa de Fútbol Para Todos, impulsada también por la diputada de Cambiemos, Graciela Ocaña.

Barro político y judicial

En la Ciudad aseguran que esa relación con Servini es la que hace que no haya sido corrido junto a Ocampo. Además, su continuidad le garantiza a Angelici tener control e información instantánea sobre lo que ocurre en los operativos. Estos nexos, sumado al conocimiento sobre el ADN del Tano, son los que hicieron que en River y también en Boca vieran su mano detrás de las fallas se seguridad en la esquina de Quinteros y Libertador, una hipótesis en la que no se insistió debido a las mieles de la obtención de la Copa. 

En el mundo de la rosca del fútbol todos apuestan a una vendetta de Angelici contra la dirigencia de River y coinciden en que el golpe puede venir por el lado judicial, más precisamente ,por la causa que investiga la entrega de entradas a la barra. La hipótesis del fiscal Norberto Brotto es que empleados o dirigentes del club facilitaron tickets a los violentos para que luego estos los revendan, lo que sería una manera de financiarlos. Brotto es hombre del ministro de Justicia de la Nación German Garavano, quien viene librando una dura “interna judicial” con Daniel Angelici. De hecho Brotto y Ocampo (compadre del Tano) son el agua y el aceite. Internamente, tras la final fallida, Ocampo dijo que las piedras las tiraron los barras que responden a “Caverna” Godoy a quien el día anterior le habían allanado el domicilio desbaratándole un negocio millonario y le apuntó directo a Brotto por generar el malestar de la barra justo a horas del Superclásico. Pero todo cambió desde que Macri decidió cuestionar duramente en público a la jueza de la causa, Patricia Larocca, por haber liberado a Godoy tras los allanamientos. Para el Gobierno, esta causa es central y Macri ordenó a Garavano que haga un seguimiento del expediente minuto a minuto y a dejar las internas de lado.

Macri y Angelici ven en D’Onofrio un doble peligro. En el fútbol, entienden que los golpes de River a Boca pueden poner en jaque el gobierno macrista en el club que dentro de un año irá a elecciones. Pero más le temen al posible salto del presidente de River a la política Nacional. Macri tiene claro que si D’Onofrio juega es para un cargo ejecutivo (presidente, vice, jefe de Gobierno porteño o gobernador bonaerense). En su entorno dicen que no lo seduce para nada un banca en el Congreso. Ante esa posibilidad, el desfile de dirigentes o gerentes de River en la Justicia por una causa de supuesto financiamiento de la barra es una mala noticia. 

Terminadas las finales, con la Copa entregada y sin Superclásico de verano, el River-Boca empieza a jugarse sólamente en la política. En ese lodo, hoy reina una especie de “vale todo”. Ese mismo concepto es el que hizo valer Boca a la hora presentar ante Conmebol el pedido de los puntos por las agresiones al micro que los trasladó a Núñez. En el club xeneize cuentan que las fotos, videos y audios a las que tuvieron acceso los abogados del club para argumentar su hipótesis fue un “arsenal de inteligencia” más que un minucioso estudio de la posible jurisprudencia sobre el caso…Sí, sí  ya vale todo....