(De la redacción de DOBLE AMARILLA) No fue casual que Marcelo Tinelli dedicará una buena cantidad de twitts al episodio de los consejos machistas que figuraban dentro de un manual de la AFA sobre cultura rusa. Obviamente, las balas del conductor no son de pólvora moralista, sino más bien políticas. Es impensado que Tinelli, quien dedicó más de la mitad de su carrera a hacer programas que en estos tiempos son vistos como “cosificantes” de la figura femenina pueda cometer semejante acto de moralina.

Tinelli no piensa hoy en fútbol, piensa en política. En el verano, algunos hechos le hicieron terminar de entender la demoledora potencia política que tienen las voces de las figuras del espectáculo y su capacidad para liderar los nuevos movimientos populares. Ahí decidió que era momento de embarrarse, que era su momento. Unos 15 días más tarde ese furor político se calmó, pero algo en él había cambiado. Dicen quienes lo frecuentan que el último mes, pese a tener toda su energía puesta en su regreso a la TV,  no paró de sonar su teléfono. Lo llaman políticos de todos los colores, le susurran que es su momento y que es "el candidato". En el Gobierno lo saben y los consultores del macrismo empezaron a encender las alarmas. Cuando hace un mes veían a la figura del “cabezón” como inocua, hoy y ante el contexto presente creen que una figura desintoxicada de la política tradicional puede poner en jaque el reinado amarillo.

Si bien Tinelli sigue de lejos la redonda, tanto en San Lorenzo como en AFA, sabe que el fútbol es el terreno para hacer política en el que mejor se siente. Lejos de querer pujar por Viamonte, sabe que el fútbol le da rebote amplio. La postura políticamente correcta de criticar al criticable manual, es también una jugada política.

Lo curioso es de quién parte todo este papelón que mancha a la AFA. El responsable de dictar el curso fue Eduardo Penessi. Se trata de un abogado que es profesor de Formación religiosa y derecho y que tiene a su cargo la cátedra de Derecho Canónico de la Universidad Católica. Además, es Profesor adjunto de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Sin embargo, el promotor, organizador y responsable del curso dictado a dirigentes y periodistas es Alejandro Taraborelli, Director de la Escuela de Capacitación de AFA y compañero de Penessi en la UNLZ. Taraborelli es vicepresidente del club Talleres de Remedios de Escalada y es nada menos que un ex tinellista que pegó el salto cuando Tapia tomo el control de la casa madre del fútbol argentino. En épocas del 38-38, Taraborelli fue uno de los dirigentes que aglutinó votos del ascenso para el conductor de TV. 

Son varios los viejos soldados del ascenso que desconfían de los extinellistas y el episodio de ayer fue la gota que rebalsó el vaso. Al asumir, Tapia le guardó lugares en AFA a muchos de ellos como gesto de apertura y estrategia de gobernabilidad, pero sabe que no son incondicionales. En los pasillos de Viamonte no son pocos los que creen que el episodio del cuadernillo podría tratarse no de una torpeza, sino de una “zancadilla” para manchar la gestión con un tema socialmente de alta sensibilidad. Es sabido que ese tipo de eventos no pasan por el control de presidencia y por eso Taraborelli debió emitir una carta explicando la situación, admitiéndo su responsabilidad en el hecho y hasta poniendo la renuncia a disposición al quedar en el ojo de la tormenta.

Pero ese no es el único acto que le termina generando a Tapia desconfianza sobre los tinellistas conversos. Algunos episodios internos de Viamonte agigantaron la desconfianza sobre ellos. Ayer el propio Tinelli confirmó que “le quedan unos pocos amigos” en AFA que le cuentan lo que pasa. Esa declaración hizo que se ponga el ojo sobre sus ex seguidores del ascenso.

Si bien la relación del conductor televisivo con Tapia es buena, en su interior, aún no puede creer cómo perdió ese preciado sillón ante dirigentes que considera inferiores y cuando puede dispara. Lo hizo cuando se instaló el concepto de “AFA bostera” y lo hace ahora. Otro blanco recurrente de Tinelli en los últimos tiempos es Daniel Angelici, casualmente en momentos que la alianza de gobierno con Tapia luce mejor que nunca. ¿Será ese el dato que inquieta a Tinelli y que le pasaron en los últimos días “sus amigos de AFA”?  

Lo cierto es que, con el Mundial encima, la temporada de rosca se traslada a Rusia. Tras el Mundial es probable que se vean diversos cambios en AFA. Quizás es momento de la purga de varios tinellistas y se vea a más hombres del riñón de Tapia y del Tano en funciones dentro de Viamonte.