(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Uno de los jugadores más destacados que tuvo Rusia en el Mundial que organizó hace algunos meses está siendo investigado por presunto dopaje. Resulta que, poco antes de la Copa del Mundo, se le inyectó una hormona de crecimiento, lo cual está penalizado en caso de no haber una justificación médica. La investigación, llevada adelante por una agencia antidopaje española, inició a raíz de una entrevista que concedió su padre.

El futbolista en cuestión es Denis Cheryshev, de 27 años, con presente en Valencia y pasado en Real Madrid y Villarreal. Según su propio padre, el delantero fue obligado a tomar la sustancia ilegal con la amenaza de no ser llevado al Mundial. 

La Federación Rusa, que vuelve a atravesar un nuevo escándalo relacionado con el dopaje, anunció que el tratamiento recibido por Cheryshev fue ''una inyección de plasma perfectamente legal'' y, a su vez, acusó de malintencionado al medio 'Sport Weekend', que entrevistó al padre del jugador y habría malinterpretado sus declaraciones.

Para brindar algo más de claridad, la vicedirectora de la Agencia Antidopaje Rusa, Margarita Pakhnotskaya, aclaró que se reunió con el jugador y con su padre luego del Mundial y que envió un informe a la Agencia Española de Protección de la Salúd y a la Agencia Antidopaje Mundial, según informa 'Marca'.

Si bien el uso de hormonas de crecimiento no simboliza un delito para las reglas de antidopaje en sí mismo, sí lo es en caso de no haber justificación. Por tanto, si la investigación llegara a comprobar su utilización sin sustento médico, podría ser suspendido hasta por cuatro años lejos de las canchas.