(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La final de Europa League entre Chelsea y Arsenal ya arrancó con polémica. Es que este duelo se disputará en la ciudad de Bakú, capital de Azerbaiyán. Un país que habitualmente no logra tener presencia en las competencias europeas.

La primera de las protestas que pusieron los clubes ingleses es la larga distancia que deberán recorrer para asistir a esta final. Casi 4.000km separan a Gran Bretaña de la capital azerí, pero lo que molestó a los fanáticos es la poca conectividad que existe entre los dos países ya que solo hay tres vuelos semanales entre las capitales de estos países.

A estos trastornos se le sumó la poca cantidad de entradas que UEFA le entregó a los clubes. Chelsea y Arsenal recibieron solo 6.000 entradas cada uno para este partido. Dato que no dejaba de llamar la atención teniendo en cuenta que el estadio Olímpico de Bakú tiene capacidad para 68.700 espectadores, por lo que el resto de las entradas se la repartirán entre neutrales.

UEFA salió al cruce luego de la polémica por la escasez de entradas para la final de Europa League

Sin embargo, la UEFA salió al cruce y explicó el motivo por el cual se designaron tan pocas entradas para cada club. La máxima entidad del fútbol en Europa reveló que esto era dado por la dificultad de llegar a Bakú. “Según la experiencia reciente de la UEFA con la final de la Europa League y la Supercopa en lugares comparables, el número de seguidores que solicitan entradas no pueden variar mucho de un club a otro. Es imposible decir de antemano qué clubs llegarán a la final, mientras que el lugar tiene que ser elegido con antelación de dos años”, se justificó en un comunicado.

“Teniendo en cuenta lo anterior y, lo que es más importante, la ubicación geográfica y la capacidad logística de los aeropuertos dentro y alrededor de la ciudad anfitriona, se consideró que alrededor de 15.000 espectadores podían viajar desde el extranjero. Por lo tanto, no era una opción responsable”, concluyó la UEFA.

Esta situación, que claramente atenta contra el clima del partido, generó tal controversia que los clubes exigirán a la UEFA que les otorgue más entradas, aunque nada garantiza que la UEFA cumpla con este petitorio de los clubes ingleses.

Con este panorama, dos de los clubes más tradicionales del fútbol inglés contarán con poco apoyo de sus fanáticos en la final. Lo cierto es que la intención de la UEFA, eligiendo estos destinos atípicos en la Europa League, está relacionada con la idea de fomentar la integración de los países con menos tradición futbolística. Sin embargo, esta claro que también atenta con el clima que se vivirá en el estadio y perjudica directamente a los simpatizantes de las dos instituciones finalistas que no podrán asistir en gran número.