(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Siempre la política y el deporte han sabido entrecruzarse. No es ninguna novedad y no debería sorprender, menos en un Estados Unidos que mantiene sus heridas raciales a la vista de todo el mundo y con un Presidente con un perfil como el que luce Donald Trump.

Ahora, la polémica viene por el lado de la Major League Baseball (MLB), uno de los deportes más populares en el Norte de América, que comenzó su temporada hace poco. En una entrevista dada desde la Casa Blanca, Trump intentó marcar la cancha para que en la MLB no se vieran las mismas protestas que estallaron en la NFL de la mano -de la rodilla, bah- del Quarterback de los San Francisco 49ers, Colin Kaepernick. Trump sugirió que se debían buscar otras formas de protesta: "Podrían competir por la presidencia. Podrían ser exitosos y se postulan para un puesto menor. Hay maneras. Juntas a grupos y puedes hacerlo de formas muy amigables".

"Es grandioso tener el baseball de vuelta, y también los demás deportes. Espero que todos se mantengan de pie. Espero que no se arrodillen cuando se eleve la bandera. No me gusta ver eso", prosiguió Trump. 

Pero, en los cuatro días desde que se reanudó el baseball, los jugadores han tenido la oportunidad de arrodillarse durante el himno nacional, aunque la gran mayoría lo ha hecho previo él. Dentro de New York Yankees, Giancarlo Stanton y Aaron Hicks, se hincaron durante el himno en señal de protesta en los duelos contra Washington Nationals.

Lo curioso es que, pese a la postura de algunos de sus jugadores, el presidente de New York Yankees, Randy Levine invitó a Trump a lanzar la primera pelota en la ceremonia de los Yankees el próximo 15 de agosto.

Rápido, las críticas arreciaron. Entre ellas, la del propio alcalde de New York, Bill de Blasio, y el presidente del Bronx, Ruben Diaz Jr. "Al invitar al presidente Trump, “blanco supremacista”, a tirar la primera bola están “evidenciando descaradamente que sus pronunciamientos son cínicos y carecen de significado genuino. De hecho, quizás las palabras ‘Black Lives Matter’ también deberían pintarse en la calle afuera del Yankee Stadium, al igual que en la Torre Trump", opinó Díaz Jr.

"Después de condenar el racismo, el siguiente paso no es invitarlo a tu montículo. A los ejecutivos que se han alineado con el odio, están del lado incorrecto de la historia y de la moral”, comentó el alcalde Di Blasio.

Ante esta ola de críticas, Trump optó por bajarse elegantemente de la invitación de los Yankees, alegando estar "enfocado" en la lucha contra el "Virus chino". 

“Debido a mi fuerte focalización en el virus chino, incluidas las reuniones programadas sobre vacunas, nuestra economía y muchos más, no voy a poder estar en Nueva York para lanzar durante el partido de los Yankees el 15 de agosto. ¡Lo haremos más adelante en la temporada!”, tuiteó el presidente, que debió correrse ante la ola de críticas.