(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Santiago Echeverría vive una pesadilla. Hace un año que este defensor de 28 años, ex Tallres (RE), Boca y Huracán, no puede jugar al fútbol. Dio positivo de “Boldenona”, un anabólico de uso veterinario, que se le inyecta al ganado para aumentar su masa muscular cuando militaba en el fútbol colombiano. DIMayor, la División de Mayores del Fútbol Colombiano, lo sancionó con 4 años de suspensión por doping positivo por esa sustancia, cuando jugaba para el DIM. 

El detalle es que es una sustancia inyectable y que está presente en 1 de cada 4 vacas, es decir, el 25%. Santiago la metió a su cuerpo mediante la ingesta de carne vacuna, algo que también le pasó a Fabián Puerta, medallista olímpico de Colombia. En su caso, el Comité Olímpico de Colombia (COC) salió a respaldar a su medallista, realizó un estudio y comprobó lo que Puerta (y Echeverría) aseguraban. Además, el ciclista también había comido carne en Medellín. Con su caso, Echeverría buscará que la Federación Colombiana de Fútbol, la segunda instancia a la que recurre, le levante el dopaje y pueda volver a jugar. ¿Dónde? En Talleres RE, el club que le abrió sus puertas cuando volvió a la Argentina, en julio de este año, con un contrato cumplido en el DIM y un destrato mayúsculo. 

Santiago sólo quiere volver a ser feliz jugando al fútbol, disfrutar del deporte que ama. Tiene 28 años y la injusta sanción de la DiMayor ya le robó un año de su actividad, sólo espera que este calvario se termine pronto. En charla con “Doble Amarilla” cuenta, al detalle, lo que le tocó vivir. 

DA: ¿Cómo fue que se enteró de la sanción?
SE: Me enteré el 21 de diciembre de 2017, me llegó el aviso por mail, que me había dado "adversa" una muestra de dopaje. Me contacto con la gente del DIM y ellos me contactan con un abogado, que me dice que era una sustancia anabólica y que estaba complicado. Empezamos a hacer lo necesario para tener la contraprueba y me someto un estudio para ver porque había pasado esto, es una sustancia inyectable para aumentar masa muscular y yo no me había inyectado nada. Un especialista argentino y uno en Medellín hicieron un estudio científico excelente y demostraron que la carne estaba contaminada, estimulada para que aumente su masa muscular. Luego de la contraprueba, empezamos la defensa. Presenté todo eso a la Dimayor, la primera instancia a la que yo tenía que demostrarle mi inocencia. Le demostramos que yo me había contaminado con carne. A pesar de eso, a la Dimayor no le importó y me sancionó con 4 años, reconocen que no tienen fundamentos claros y aún así me consideran culpable. No tiene que ver con mi condición de argentino o extranjero, tiene que ver con que son políticos y no les interesan las personas. Jamás le dieron importancia a mi caso, para ellos fue papeleo.

DA: El Comité Olímpico de Colombia reconoció que la carne vacuna puede estar adulterada y la presencia de este componente anabólico, ¿con esto sobre la mesa no le levantan la sanción?
SE: Ahora, mi caso pasó de Dimayor a la Federación Colombiana, que es la segunda instancia. Me queda una tercera, que es el TAS. En ese interín sale el caso de Fabián Puerta, medallista colombiano en ciclismo. Fabián hace lo mismo que yo: una defensa basada en la carne. Él también había comido en carne en Medellín. El Comité Olímpico lo quiere respaldar y hace este estudio de las vacas, en el cual encuentra contaminación en una de cada cuatro muestras, es decir, el 25% de las vacas. Es un montón. Somos inocentes claramentes.

DA: ¿Su situación en que está actualmente, le sirve lo del COC?
SE: Mi caso está en segunda instancia, está en manos de la Federación Colombiano. Mi caso está abierto y vigente. Ellos tienen que revisar todo, y con esta situación que está dándose ahora, decidir. 

DA: ¿Le dio el dóping positivo y cómo fue la situación con el DIM?
SE: El club me respaldó en lo económico, me respetó el contrato, pero nada más. No me dejaron entrenar, ni acercarme a las oficinas, ni a mis compañeros, decían que por ley no podía estar cerca del club. Volví a la Argentina en julio y nunca más volví a hablar con ellos. Los directivos de Medellín dejaron mucho que desear en lo humano. Los hinchas, todo lo contrario: siempre me trataron como un Rey y me ayudaron y respaldaron. Los directivos nunca creyeron que yo era inocente, incluso, dijeron que era culpable.

DA: Una vez que esto pase, ¿qué piensa hacer con su carrera?
SE: Estoy en la Argentina ahora, en mi casa con mi mujer. Quiero jugar al fútbol. Quiero disfutar. En este momento de mi vida, con lo que estoy pasando, lo único que quiero hacer es disfrutar, no me importa un peso más o un peso menos. Si tengo que jugar en el Real Madrid o en Claypole me da igual, lo que sí quiero es seguir disfrutando. Quiero entrar a una cancha y volver a sentirme jugador, compartir el día a día con mis compañeros. Me estoy entrenando en el club Talleres RE, que me abrió las puertas y siempre me trataron bien. Soy del barrio y los conozco de toda la vida y cuando se levante la sanción, ellos quieren que juegue ahí así que lo estoy considerando seriamente, quedarme a jugar con ellos. Lo que hicieron ellos por mí no lo hace cualquier persona, club o empresa, no tiene nombre el apoyo que me han dado, estoy muy agradecido.

DA: ¿Para cuándo podría estar el fallo de la Federación Colombiana?
SE: No tiene plazo, pero con todo esto se van a tener que apurar un poquito. Yo no voy a aflojar ahora. Tengo un estudio de abogados trabajando contratado en Colombia, lo están manejando todo ellos. 

DA: ¿Piensa iniciar acciones legales contra Dimayor cuando todo esto pase?
SE: Primero quiero que me habiliten y que me dejen ser feliz. Una vez que eso pase, le voy a iniciar acciones legales. Han manchado mi nombre y me han hecho sentir un delincuente. No un deportista dopado, un delincuente. No quiero la plata, pero sí por el dolor que me hicieron sentir y a ellos no les importó. Yo pasé días y días sin dormir y llorando tratando de entender que me había pasado. A mi familia más no le puedo pedir, mi mujer, a cada minuto, cada segundo, estaban pendientes que no me caiga, que no desanime. Cuando algún día decía que no tenía ganas de entrenar, me mandaban a hacerlo y me cagaban a pedos. Me agarra esta situación muy crecido, muy maduro. Me hizo crecer y aprender muchas cosas. Yo tengo 28 años y quiero jugar hasta los 40 eh (risas).