(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) No fue una semana más en el fútbol de Brasil. En el vecino país no dudan en decir que fue una semana de terror. Hubo cuatro episodios violentos en las canchas brasileñas, con muertes, heridos y detenidos. 

La barbarie comenzó el domingo en Belo Horizonte, donde las peleas entras las hinchas antes del clásico estadual entre Cruzeiro y Atlético Mineiro, terminaron con 18 detenidos y un herido grave: un hincha del Cruzeiro fue golpeado cruelmente y llevado inconsciente al hospital. Las cámaras de seguridad tomaron lo sucedido y pudo verse al individuo ya indefenso en el piso, inmóvil, mientras seguía siendo atacado a golpes por sus rivales. Un control policial requisó micros de la hinchada de Atlético Mineiro y encontró palos, piedras y todo tipo de elementos contundentes para ser utilizados en una gresca. 

En San Pablo, decidieron hace bastantes años que los clásicos se jueguen solo con una parcialidad. En la semana, Santoa y Corinthians jugaron en Itacarazetuba, un punto ubicado en el Gran San Paulo. A pesar de que solo había hinchas del Santos en el estadio, un fanático del Corinthians murió. Un grupo de santistas destruyó un auto, una moto y golpeó al corintiano hasta la muerte. Hubo, además, varios heridos leves. La víctima fatal, Danilo da Silva Santos, se volvió blanco por tener el escudo del Corinthians en su auto. La seguridad detuvo a 21 personas pertenecientes al grupo agresor. La medida de sacar a una de las dos hinchadas en las canchas paulistas a la hora de los derbys, de poco sirve: esta es la tercera muerte que ocurre desde que hay parciales de un solo equipo en las canchas. 

El miércoles, en Alagoas, el autobús del Club Regatas Brasil fue atacado con piedras y bombas en la salida del estadio de Arapiraca, tras la victoria de 2 a 1 sobre el ASA por el campeonato local. El hecho ocurrió a la salida de la ciudad y tres jugadores del equipo fueron golpeados por astillas y sufrieron cortes en la cabeza, los brazos y las piernas. Una bomba estalló dentro del vehículo y varios futbolistas tuvieron problemas de audición.

Por último, en una seguidilla de hechos por demás preocupantes y violentos, en la ciudad de Pernambuco, esa misma noche del miércoles, en el clásico Santa Cruz y Sport, 60 parciales del Santa Cruz quedaron heridos y tuvieron que ser atendidos en pleno césped, con el juego interrumpido, después de un enfrentamiento con la Policía. Luego de eso, al menos 25 fueron trasladados al hospital. El tumulto comenzó cuando los policías intentaron sacar del estadio a un hombre que encendía pirotecnia.