(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Cataluña otra vez enrarecida. La tensión va in crescendo y nadie puede garantizar la paz social y la Seguridad. Luego de la condena a nueve líderes independentistas en el denominado "juicio del Procés", la tensión en la región volvió. Este viernes habrá huelga general y LaLiga está en alerta.

Este fin de semana, Barcelona no jugará en su estadio, pero sí lo hará el próximo fin de semana, cuando se mida, nada más y nada menos que ante el Real Madrid. ¿Llevar al equipo que simboliza el centralismo español justo ahora a Cataluña? No parece la decisión más sensata, sin embargo, una vez más, el fútbol debe imponerse a la tensión social y demostrar que tiende puentes.

Y si han jugado las dos Coreas, ¿cómo no van a poder jugar Barcelona y Real Madrid? Sin embargo, LaLiga tiene otro pensamiento y planteó trocar la localía del derby. ¿Cómo sería? Que el próximo 26 de octubre, el duelo sea en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid y no en el Camp Nou. 

Cuando Cataluña realizó su referendúm, el 1-O de 2017, el Santiago Bernabéu lució poblado de banderas españolas. Siempre entre el Madrid y el Barcelona, la cuestión independentista fue un tema álgido y, en este momento, el calendario juega una mala pasada. 

LaLiga ha pedido al Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol que Real Madrid y Barcelona inviertan el orden de los Clásicos. Más allá de la tensión, hay previsto para el 26 de este mes una gran manifestación en la ciudad en contra de las sentencias en el juicio del "procés". 

Si el Comité acepta la propuesta de LaLiga, el Clásico de la segunda vuelta se jugará el 1 de marzo en el Camp Nou. ¿Qué dicen los clubes? El Real Madrid no ve esto con muy buenos ojos e incluso apuesta a la postergación del partido. A esta ensalada hay que sumarle que el Barcelona, lejos de mantenerse al margen, repudió la decisión del Tribunal Supremo y volvió a jugar fuertemente en esta cuestión que lo separa - y mucho- del Real Madrid. 

La situación en la ciudad vuelve a ser similar a la del 2017. En el segundo día de protestas, según informan los medios españoles, se registraron 51 detenidos y 125 atendidos por los servicios sanitarios. El antecedente tiene que ver con que el 1-O de 2017, debían jugar Barcelona-Las Palmas por LaLiga. Finalmente, el partido se jugó, a puertas cerradas y, tras el mismo, hubo una memorable declaración de Gerard Piqué, quién dejó en claro que no quería jugar ese día.

Es más, aquel día, el club había pedido a LaLiga no jugar, pero los Mossos (la policía de Cataluña) no emitieron ese informe desfavorable y no se dio lugar al pedido del Barcelona. Aquel día, el equipo culé podría haber no salido a jugar: hubiese perdido 0-3. Finalmente, jugó y venció 3-0. Así evitó la perdida de puntos y una elevada multa. ¿Pediría lo mismo ahora si el rival fuese el Madrid?

LaLiga busca evitar que se estanque todo lo que conlleva la realización de ese partido, que fue programado para ser jugado las 12 del mediodía de España, para favorecer la televisación y otros puntos del negocio. ¿Qué sucederá?