(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En Perú están esperando. ¿A Ricardo Gareca? Por supuesto, pero no sólo al "Tigre", también esperan que Edwin Oviedo, presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) tenga un gesto para con sus pares y todo el fútbol del Perú y deje su cargo o, al menos, pida una licencia. 

Los escándalos extrafutbolísticos en los que está inmerso Oviedo desde el 7 de abril de 2018, cuando estalló la denuncia que le realizó el fiscal de Chiclayo, Juan Carrasco Millones, quién solicitó prisión para él, por el delito de haber liderado una organización criminal en la azucarera Tumán y lo señaló como el presunto autor mediato (es decir, autor intelectual) de dos homicidios. 

Rápido, la noticia impactó en los medios de Perú. A poco más de dos meses del inicio de la Copa del Mundo en Rusia, para el fútbol de Perú, de pronto, el problema más grave no fue la habilitación o no de Paolo Guerrero. En aquel momento, tal y como recoge el diario "El Comercio" de la nación Inca, Oviedo habló de una "patraña de un fiscal cuestionable", pero se negó a aclarar nada públicamente en una conferencia de prensa, no enfrentó a los medios, eligió el silencio y dejó al fútbol peruano en una situación incómoda. Es más, prometió, al regreso del Mundial, poner en orden sus asuntos. Algo que no ocurrió y que en Perú señalan como el principal factor por el cual Ricardo Gareca no confirmó su continuidad en la Selección que volvió a llevar a un Mundial tras 36 años de frustraciones.

En su comunicado, escueto, Oviedo no se despegó de los cargos que se le imputaban, pero sí utilizó como "paraguas" la sentencia a su favor expedida por dos vocales de la Corte Suprema de Justicia, que hoy están implicados por "tráfico de Influencias". Es más, no nombró a César Hinostroza Pariachi, quién firmó la sentencia y luego se constató que "han recibido, por lo menos, entradas para partidos de la selección peruana, acto cuestionable porque son funcionarios del Poder Judicial y Oviedo está sometido a un proceso", indica "El Comercio".

Otra crítica que se le hace a Oviedo es que, pese a tener un pedido del Fiscal Millones de una orden de prisión preventiva por doce meses, se puso al frente del operativo Paolo Guerrero, justo cuando todo el fútbol de Perú y el sentido común le pedían que baje su exposición. 

El tiempo pasó, Perú fue al Mundial, jugó no pudo superar la primera instancia y fueron recibidos como héroes. Pero al volver de Rusia, Oviedo, que se había colgado la "Medalla Guerrero" enfrentaría las primeras consecuencias de sus acciones extrafutbolísticas en el plano futbolístico: Gareca no confirmó que seguiría siendo el DT y el Director deportivo, el histórico Juan Carlos Oblitas, también amenazó con renunciar. Oblitas y Gareca son la cara y el trabajo detrás del proceso que llevó a Perú a la máxima cita del Fútbol, perderlos sería el golpe de gracia para Oviedo en el cargo. ¿La única manera que parece de retenerlos? Correrse. Sí, Oviedo está encerrado.

Al respecto, "Doble Amarilla" pudo dialogar con Oblitas, que confirmó que sigue intentando convencer a Gareca de que continúe: "La semana próxima llega, sólo queda esperar", aseguró el exjugador, hoy una parte clave en la estructura del fútbol peruano.

Oblitas, pese a no saber ni si él continuará (su contrato expira en diciembre y el OviedoGate no lo pone cómodo), sí afirma que es Gareca el que sí o sí debe estar, pese a que en Perú no conciben a la Selección sin alguno de ellos dos. Oblitas acepta que si se va el Tigre "No tengo plan B" y le manda un mensaje claro al DT: "Todo Argentino quiere dirigir su selección pero Ricardo no estará mejor en ningún sitio que acá, a pesar de todas estas cosas extra deportivas". Consultado sobre esas cosas extradeportivas, Oblitas evita hablar de más: "Es complicado. Es un tema bien delicado, no puedo decirte más"

En Perú no dudan en señalar que si Gareca aún no confirmó que sigue y si Oblitas coquetea con irse es por el Oviedo-Gate. Al respecto, dice "El Comercio": "El técnico, según información de su entorno más cercano, ha señalado que se verá forzado a alejarse porque no se ha tomado en cuenta el mensaje que dejó antes de partir a sus vacaciones. En su última conferencia de prensa, Gareca señaló que era necesario fijar una política deportiva y definir los criterios de trabajo para los años siguientes. Nada de eso se ha realizado. Peor aún, Gareca, un hombre de valores y principios, no va a llegar a ningún acuerdo con una federación que tiene a su máxima autoridad implicada en actos ligados al Código Penal, con el agravante de que esa autoridad opta por esconderse".

El pasado 24 de julio, en una reunión en La Videna, la Villa deportiva dónde entrena la Selección Perú, los dirigentes (incluido Oblitas) intentaron hacerle ver a Oviedo que su silencio sólo lo incriminaba: "No es propio de alguien que es inocente" y le pidieron que dé explicaciones.

En tanto, Oviedo, de quién todos esperan un gesto, insiste en llamar desleales a quienes le marcan esto y "traidores" a quienes lo critican. Gareca, en su hasta ahora última conferencia de prensa en Perú, había marcado la hoja de ruta de lo que vendría y, de paso, dejó bien en claro que el que necesita a su lado es el director deportivo y no el, hasta hoy, presidente de la FPF: "Oblitas fue quien me designó y es una persona muy importante en el proceso de la decisión que yo pueda tomar". Más claro agua, ¿no?.