Lionel Messi vive un día muy especial. Luego de la conferencia de prensa junto a Nasser Al-Khelaïfi, el crack caminó por adentro del estadio, junto a Antonela, y sus hijos, todos con camisetas del PSG. Messi iba siendo sondeado por el argentino Omar Da Fonseca, ex jugador del club que le dijo que le podía preguntar lo que necesitara. Luego, el ingreso al estadio, con el qatarí que preside el club a su lado, una marea de fotógrafos y la camiseta número 30 bien apretada.

Fotos en el estadio, sonrisa bajo el sol parisino y aún quedaba el plato fuerte. El club había armado una especie de tarima, para que el nuevo refuerzo estrella del plantel pudiera saludar a la multitud que se reunió en las afueras del estadio desde muy temprano.

Messi y Al-Khelaïfi salieron juntos, pero el qatarí rápidamente se corrió de la escena. Leo, con una bufanda del club y la camiseta 30 en sus manos (que luego revoleó a la gente) saludó, sonrió y vivió a metros la euforia que su llegada despierta. Bengalas de humo, bombos y el cántico de "Leo Messi" lo recibió cuando salió a saludar, brevemente, a los aficionados que se reunieron para recibirlo.