La Fiscalía de París abrió una investigación contra el presidente del Paris Saint-Germain, el qatarí Nasser Al-Khelaïfi, por posibles delitos de trabajo no declarado y de explotación de un exmayordomo.

La investigación comenzó en septiembre pasado, después de que el antiguo hombre de confianza de Al-Khelaïfi, Hicham Karmoussi, interpusiera una querella en marzo, informó el diario Le Monde.

Ese proceso avanza en paralelo a las pesquisas abiertas contra el dirigente qatarí por posibles delitos de secuestro con tortura, extorsión y asociación de malhechores. Estas hacen referencia a una demanda presentada en Francia por el negociante franco-argelino Tayeb Benabderrahmane, que fue detenido durante varios meses en Qatar.

En este sentido, el diario Le Monde publicó que Al-Khelaïfi pretextó en julio pasado tener un pasaporte diplomático para tratar de eludir un control aeroportuario de la policía francesa, que le pedía que entregara su teléfono para la investigación del presunto secuestro.

Cuando los agentes pidieron al presidente del PSG que les entregara su móvil, las puertas de su jet privado se cerraron y quedó bloqueado el avión, utilizado esencialmente para vuelos privados.

Ante las repetidas peticiones de los policías, los abogados y asistentes de Al-Khelaifi, así como personal de la embajada qatarí en París, alegaron que viajaba con un pasaporte diplomático y que lo hacía en misión oficial en Francia entre el 5 y el 9 de julio.

Pese a que el Ministerio francés de Exteriores negó conocer esa misión, Al-Khelaifi amenazó a los agentes con represalias si no le dejaban irse y para intimidarlos dijo estar en contacto con la jefa de la diplomacia francesa, Catherine Colonna, y con el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

Pese a los intentos para amedrentar a los investigadores, estos no cedieron hasta que, tres horas después del aterrizaje del avión, Al-Khelaifi les entregó su teléfono con la exigencia de que se lo devolvieran lo antes posible.