Brasil es un polvorín. Luego de la ratificación de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) del inicio del Brasileirao para el próximo 9 de agosto, la Federación Paulista (FPF) afirmó que antes del comienzo del certamen nacional debe completarse el Paulistao. Mientras tanto, Eduardo Pazuello, Ministro de Salud interino junto con las autoridades sanitarias no dieron el aval para que la pelota vuelva a rodar.

El Brasileirao estaba previsto que comenzase en la primera semana de mayo pero la pandemia del coronavirus, que ya deja en el país cerca de 65.500 muertes y 1,6 millones de contagios, obligó a posponerlo. Incluso ayer la prensa brasileña confirmó el positivo del Presidente Jair Bolsonaro.

Desde marzo también están suspendidos los torneos regionales, con una única excepción en Río de Janeiro que retomó su torneo Carioca, que este martes definirán Flamengo y Fluminense.

En San Pablo, en tanto, el gobernador de ese estado, Joao Doria, afirmó que los equipos paulistas no podrán iniciar el Brasileirao hasta que no finalice el Paulistao, para el que aún no hay fecha de retorno.

En un tono más armónico, Reinaldo Carneiro Bastos, el presidente de la FPF, en el programa "Bem, amigos" afirmó: "Esta semana enviaremos el protocolo para la finalización del Campeonato Paulista al Gobierno de San Pablo y veremos con ellos y los clubes la fecha factible para reiniciar la competencia. Estamos seguros de que caminaremos juntos con la CBF para organizar el final del Paulistao y el comienzo del Brasileirao juntos y en armonía."

La CBF no anduvo con vueltas y le contestó a Doria por medio de una nota oficial en la que afirmó que los clubes de San Pablo aprobaron en esa junta celebrada el 25 de junio las fechas propuestas para el comienzo de Primera y Segunda División.

"Para preservar esas fechas, los clubes acordaron jugar fuera de sus dominios, transfiriendo su condición de local a otra ciudad o estado" en caso de que sus estadios "no hayan sido liberados" para esos días por las autoridades sanitarias, subrayó la entidad.

"Esa decisión fue tomada en base a una votación que contó con el apoyo de 19 (de los 20) clubes de Primera, incluyendo todos los de Sao Paulo", completó. El único que votó en contra fue el Atlético Paranaense.

La CBF añadió que los clubes de San Pablo, entre los que se encuentran algunos de los más importantes del país, como Palmeiras, Santos, Corinthians y San Pablo, le han "reafirmado su posición" este mismo lunes.

No obstante, como la propia confederación reconoce, para el inicio del campeonato es necesario el aval de "las autoridades sanitarias de nueve" de los 27 estados brasileños y de "once ciudades", lo que aún no ha ocurrido, según dijo el presidente de la CBF, Rogério Caboclo, en una entrevista al diario 'O Globo'.