Probablemente jamás visto, al menos en el fútbol profesional y mucho menos en una semifinal del torneo de clubes más importante del mundo. Dani Alves, ex Barcelona, fue a saludar a sus antiguos compañeros al banco de suplentes y, entre risas, jamás se percató que el árbitro dio inicio al partido.

Lo más grave es que el Barcelona movió e inmediatamente intentó atacar por la banda de Alves. Así el colombiano Cuadrado tuvo que correr desesperadamente para cubrir esa vacante que torpe y de manera amateur dejó su compañero.