(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Todos los días surgen noticias sobre hechos de violencia. Altercados, enfrentamientos entre ultras y la policía, agresiones de parte de hinchadas a sus jugadores o a los futbolistas rivales. Desafortunadamente, lo anormal se adaptó tanto a la cotidianeidad que se volvió normal. No obstante, hay algo difícil de ver: un dirigente agrediendo a un árbitro. Y si encima hablamos de una amenaza con arma de fuego, tenemos como resultado un hecho peculiar, vergonzoso e inconcebible.

Ocurrió en Grecia. En la tarde del domingo, PAOK Salónica AEK Atenas se enfrentaban por la Liga Griega en un choque fundamental para las aspiraciones de ambos. El local marcha tercero y se enfrentaba al puntero. El partido terminaba sin goles pero, en el descuento, llegó el gol para PAOK, que parecía quedarse con un preciado triunfo. No obstante, el tanto fue invalidado. Esto desató la furia del Presidente del club, que bajó a la cancha con un arma de fuego en la cintura, se acercó al árbitro Georgios Kominis y lo increpó por el tanto que no convalidó.

Según dijo Manolo Jimenez, entrenador del AEK, el mandamás Iván Savvidis fue contra el referí, le mostró el arma y le dijo: ''se te ha acabado la carrera como árbitro''.

Como respuesta ante lo ocurrido, la policía griega emitió en las primeras horas del lunes una orden de detención contra el mandatario griego. Según explicó Yorgos Vassiliadis, viceministro de Cultura y Deportes, no descartan la posibilidad de suspender la Liga, ''en consulta con la UEFA''.

"Lo que vimos es un ataque al honor del fútbol griego. Dañan al club y a los seguidores del equipo. Que alguien entre al campo con una pistola en la mano es una provocación inadmisible, independientemente de lo que haya ocurrido", expresó Panos Skurletis, Ministro de Interior griego, en conversación con la agencia de noticias AMNA.