Christian Eriksen fue anunciado hace pocos días como refuerzo del Brentford inglés. El equipo de las avispas pelea por no descender y apostó por el danés para poder seguir en la Premier League. La noticia de su incorporación provocó alegría en todo el mundo del fútbol, porque hace poco más de seis meses el mediocampista sufrió un paro cardíaco en pleno campo de juego.

Eriksen se desplomó en el terreno de juego cuando jugaba con Dinamarca ante Finlandia en un partido de primera ronda de la Eurocopa. El volante lo recuerda perfectamente: "Lo recuerdo todo, excepto cinco minutos. Recuerdo el saque de banda, la pelota que me golpea en la rodilla y no sé qué ocurrió después. Me desperté con mucha gente alrededor mío y presión en mi pecho, intentando recuperar el aliento. No entendía qué estaba pasando", dijo.

Luego relató los momentos posteriores. "Empecé a pensar si me había roto las piernas, la espalda. Intentaba mover todo para entender qué ocurría. Luego en la ambulancia escuché a alguien decir: "¿Cuánto tiempo ha estado fuera?" y otro respondió: 'Cinco minutos'". Esa fue la primera vez que escuché que me había ido", añadió.

Para poder volver a la competencia de alto rendimiento, a Eriksen le implantaron un DAI, un desfibrilador automático implantable. El danés reparó en ello, teniendo en cuenta que debió rescindir su contrato con Inter, ya que la Serie A no permite que los jugadores jueguen con un desfibrilador implantado. "No veo ningún riesgo. Tengo un DAI, si algo me pasa sé que puedo estar seguro", agregó.

"No veo ninguna razón por la que no pudiera volver a mi mejor nivel, si te soy sincero. Ha sido una larga recuperación y aún queda, pero siento que cada vez está más cerca mi vuelta y tengo paciencia para esperar al momento adecuado", aseveró.

"Va a ser muy especial poder volver a un campo de fútbol y jugar después de siete u ocho meses. Va a ser increíble", sentenció Eriksen esperanzado con su regreso a las canchas.