La noticia de la salida de Lionel Messi del Barcelona cayó como un baldazo de agua fría: así lo reflejó el futbolista en conferencia de prensa. Apenas días atrás, estaba todo arreglado entre las partes para que el argentino pueda continuar en el club, pero algo cambió.

Según un informe realizado por La Vanguardia, la negativa de la firma sorprendió a los abogados del club, así como también a los de Messi. Los términos del contrato estaban acordados: cinco temporadas con ingresos escalonados, que iban desde los €20 millones brutos en el primer año, con aumentos en los siguientes. En tanto, Joan Laporta, presidente del Barcelona, le informó a Jorge Messi que el conflicto pasaba por que las condiciones económicas no cumplían con los requisitos del fair play financiero. 

El día anterior al comunicado de Barcelona, LaLiga, a través de su presidente, Javier Tebas, anunció un acuerdo con el fondo de inversión CVC. El mismo generaba €2700 millones para los clubes, de los cuales podrían destinar el 15% a fichajes y salarios. En el caso del Barcelona, serían €42 millones. 

A través de su cuenta de Twitter, Tebas informó que el 14 de julio compartió una cena con Laporta, en la que compartió información sobre el acuerdo con el fondo de inversión. Además, en la charla, se habló sobre el tema Messi. Si bien en un principio el mandamás del club blaugrana se mostró conforme con el acuerdo con CVC, el viernes en conferencia, cargó contra el pacto, ya que indicó que hipotecaba los derechos audiovisuales de las instituciones. 

¿Qué cambió? Los ejecutivos de Laporta se mostraron en contra del acuerdo con el fondo de inversión desde un principio. A su vez, entró en juego un conflicto que tiene que ver con la Superliga Europea. Tanto Laporta como Florentino Pérez se muestran en un frente unido en cuanto a este tema, lo que los ubica en la vereda de enfrente a Javier Tebas. 

Tweet de Joan Laporta Estruch🎗

El titular de LaLiga no le había explicado a Pérez los planes con CVC y se enteró de este acuerdo cuando se hizo oficial. Esta situación generó tensión y una disyuntiva: renovar el contrato de Messi implicaba manifestar, de manera implícita, su apoyo a Tebas y al acuerdo con el fondo de inversión, o inclinarse por Florentino y su promesa de una Superliga exitosa que se traduciría en dinero para Barcelona.