(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Aleksandr Lukashenko es el presidente de Bielorrusia, país que no tiene grandes cantidades de casos de COVID-19 y no tomó aún medidas drásticas para combatir la pandemia y la vida, en dicho país, sigue desarrollándose normalmente.

Lukashenko ocupa el cargo de presidente desde el 20 de julio de 1994. Además, es el Comandante Jefe de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia y presidente del Comité Olímpico Bielorruso, entre otras entidades. El país cuenta con una población de 9,5 millones de habitantes y son menos de cien los infectados del COVID-19.

Las fronteras del país siguen abiertas, la gente continúa trabajando, las competiciones deportivas, cines y teatros continúan en su curso normal. Hace unos días, había dicho que "los tractores nos curarán del coronavirus", en referencia al trabajo que se realiza en las granjas del país. Este fin de semana, se disputó el derbi entre el FC Minsk y el Dínamo, que reunió a tres mil espectadores en el estadio.

En otras declaraciones, aunque aclaró que era "en broma", expresó que "el alcohol no sólo sirve para lavarse las manos", sino que también "hay que beber unos 100 mililitros al día para envenenar al virus". Por otro lado, señaló que los ciudadanos deberían ir "a una sauna seca dos o tres veces por semana. Los chinos nos dijeron que el virus muere a partir de los 60 grados".

Lukashenko es, además, aficionado al hockey sobre hielo. Llegó a decir que este deporte protege contra el virus. Su equipo de aficionados juega un torneo amateur en el que llegó a la final. "No hay virus en el hielo, esto es un refrigerador. Vivo la misma vida que he vivido. Y ayer tuve una sesión de entrenamiento, nos reunimos, nos abrazamos, nos golpeamos", contó, sin hacerle caso a las medidas que sugieren que hay que mantener distancia para combatir al virus.