Cuando el equipo más lo necesitaba, Cristiano tuvo su noche soñada en el Santiago Bernabéu y dejó al Real Madrid a un pasito de la final de la Champions League. Con un partido soberbio, el portugués demostró que está entre los mejores del mundo y enterró al Atlético con tres goles de gran calibre.

Luego del tercer tanto, Ronaldo festejó con todos sus compañeros pero cuando el racimo de jugadores blancos se fue desarmando se dio vuelta y le dedicó un gesto muy clarito a la tribuna. Con sus manos hizo la mímica de un chiflido y luego movió sus índices para pedir que dejen de silbarlo.