Desde finales de 2016, el club pasó a ser propiedad de Dangdai Group, una empresa tecnológica del país, que invirtió desde entonces una cantidad de más de 3.000 millones de yuanes (450 millones de dólares estadounidenses).

Pero desde 2020, con el inicio de la pandemia y las medidas pertinentes implementadas por las autoridades, como la disputa de las temporadas en “sedes burbuja”, el club se enfrentó a una situación financiera precaria que hizo que tuvieran que retener los salarios de los jugadores, por lo que algunos se vieron en la necesidad de ejercer de repartidores durante este periodo.

Las fuentes dijeron a Xinhua que el propietario del club también tiene problemas financieros y no puede pagar la deuda de más de 700 millones de yuanes (105 millones de dólares) que tiene contraída el equipo, aunque parte del personal de la entidad estaba dispuesto a ceder parte de sus sueldos.

El Chongqing FC representaba a la ciudad de Chongqing (centro) en la máxima categoría del fútbol profesional chino desde 1997, pero no es el único con problemas, ya que el Cangzhou FC también afronta dificultades financieras similares, mientras que el campeón de la CSL en 2020, el Jiangsu Suning, se declaró en bancarrota solo 108 días después de obtener su primer título de liga.