Italia es un escándalo por los festejos que realizó la Selección a bordo de un bus, en el llamado "Giro d'onore", dónde el plantel paseó la Eurocopa por las calles de Roma. El alcalde de la Cittá Eterna, Matteo Piantedosi mostró su enojo por lo ocurrido, marcó que esa manera de festejar no había sido autorizada y apuntó contra la Federación italiana (FIGC) y contra los jugadores, en especial, Giorgio Chiellini y Leo Bonucci, dos de los que más "presionaron" para celebrar el título en las calles romanas.

"Nos habíamos negado el permiso para celebrar de esa manera, pero no se respetaron los acuerdos", indicó Piantedosi en declaraciones a "Corriere Della Sera". Rápidamente, Gabriele Gravina, titular de la FIGC salió a cruzarlo: "La solicitud fue compartida por las instituciones". 

“El viernes pasado convocamos un comité de orden y seguridad de acuerdo con el ministro del Interior Lamorgese y el jefe de policía Giannini - explica Piantedosi al Corriere della Sera  - y también involucramos directamente a la FIGC. La Federación nos pidió que permitiéramos el recorrido de la ciudad a bordo de un bus abierto, pero les dijimos que no era posible", marcó la autoridad romana.

La prioridad, según el prefecto, era asegurar el traslado desde el Quirinale -donde el equipo fue recibido por el presidente de la República junto al tenista Matteo Berrettini- al Palazzo Chigi, evitando tertulias y situaciones consideradas de riesgo para la infección. “El lunes (12 de julio) por la mañana la Federación nos propuso utilizar una plataforma fija y elevada para instalarla en la Piazza del Popolo, donde recoger a los jugadores que de esta forma hubieran podido celebrar con la afición”

Una plataforma que, sin embargo, nunca se ha instalado. "Pensamos que habrían hecho que los jugadores se detuvieran frente al Palazzo Chigi después de la reunión con el primer ministro Draghi", continúa Piantedosi, que además aclaró: "Nos habían asegurado viajar con un autobús cubierto y en su lugar se unió al grupo un vehículo con la librea descubierta y las inscripciones dedicadas a los campeones de Europa". 

Piantedosi habló de un "fuerte deseo de los jugadores de celebrar a bordo del bus abierto. Tengo entendido que Bonucci y Chiellini lo han dejado claro con determinación. En ese momento no estaba posible celebrar. Que hacer es tomar nota y gestionar la situación lo mejor posible ". 

Piantedosi dijo estar "profundamente amargado por la falta de respeto al gran compromiso de la jefatura de policía y la fuerza policial", afirmando que ya no tenía contacto con el presidente Gravina. "Espero que Italia gane el Mundial el año que viene para tener las mismas celebraciones: en esa ocasión trataremos directamente con los jugadores", concluyó. 

La FIGC, por su parte, ha respondido a las acusaciones: "Siempre hemos sido responsables pero sobre todo respetuosos de las instituciones y de la afición italiana. No queremos convertir un momento de alegría en un tema divisorio ".