El alcalde de Marsella, Benoît Payan, decidió poner a la venta el estadio de fútbol de la ciudad, el famoso Velódromo en el que juega el Olympique, porque considera que para la ciudad es "un despilfarro".

"Quiero venderlo porque es un despilfarro financiero. Lo haré si encuentro un comprador", explicó en un vídeo que el socialista Payan subió a su cuenta de Facebook, que lo justifica porque el Ayuntamiento está muy endeudado, algo de lo que culpa a su predecesor de derechas.

"La caja de la ciudad está casi vacía", afirmó Payan y enfatizó que su intención de deshacerse del Velódromo la había avanzado "cuando estaba en la oposición".

"Lo haré si encuentro un comprador. Me las arreglaré en los próximos meses y en los próximos años para encontrar a un comprador", dijo.

El estadio le demanda € 15 millones al año, mientras que por el alquiler al Olympique de Marsella sólo recibe € 5 millones por temporada. La deuda municipal es de 1.540 millones de euros, lo que equivale a 1.812 euros por habitante.

El anuncio del alcalde llega en un momento de grave crisis para el Olympique, que el pasado sábado vivió una jornada negra cuando decenas de hinchas asaltaron violentamente el centro de entrenamiento para protestar contra la dirección, y en particular contra el presidente, Jacques-Henri Eyraud.

En los altercados, que provocaron cuantiosos daños materiales, resultaron heridos siete policías y el defensor español Álvaro González recibió en la espalda el impacto de un objeto lanzado por los ultras que participaron en el ataque.

La policía detuvo ese día a 25 de esos hinchas, algunos de los cuales han ingresado en prisión. El partido de liga que se tenía que jugar esa noche, frente al Rennes, fue aplazado.

El martes, el entrenador, el portugués André Villas-Boas, que había llegado al banquillo a principios de la pasada temporada, dimitió porque no está de acuerdo con la política deportiva del club, que está lejos de los puestos de cabeza en la tabla