El presidente de Sampdoria, Massimo Ferrero, fue arrestado este lunes por delitos corporativos y quiebra fraudulenta. Debido a esto, anunció su voluntad de renunciar de manera inmediata a su cargo en el club italiano, con el objetivo de evitar que la institución salga "gratuitamente perjudicado".

Ferrero, de 70 años y dueño del Sampdoria dese 2014, decidió dimitir "para tutelar de la mejor forma los intereses de las demás actividades en las que trabaja y, en particular, aislar todo tipo de especulaciones sobre una posible vinculación" con el club, se lee en un comunicado publicado por la entidad genovesa. 

El empresario, arrestado en la mañana italiana en Milán y trasladado a la cárcel de San Vittore, manifestó su voluntad de estar a "inmediata y completa disposición" de los investigadores, que serán contactados por sus abogados, Luca Ponti y Giuseppina Tenga. "Con mucha sorpresa nos enteramos de la actuación de una medida cautelar de detención contra Massimo Ferrero, ordenada por la Fiscalía de la República de Paola (Calabria, sur) por cuestiones vinculadas con hechos de hace muchísimos años y por las que no está clara la necesidad de medidas cautelares por la evidente ausencia de actualidad", reza el comunicado del Sampdoria.

"Cabe destacar que dichas cuestiones, en todo caso, no están vinculadas con la gestión y la presidencia del Sampdoria, sino a actividades romanas de Ferrero relacionadas con el mundo del cine", agrega. 

Ferrero ha sido detenido por crímenes corporativos y bancarrota, en una investigación que involucra a otras cinco personas. El dirigente del Sampdoria, trasladado a una cárcel milanesa, fue arrestado por miembros de la Guardia de Finanza (policía financiera) por orden de la Fiscalía de Paola, que se encarga de la investigación.

En la investigación están involucradas otras cinco personas, entre ellas su hija, Vanessa Ferrero, y su yerno, para las que de momento se ordenaron los arrestos domiciliarios.