(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Panamá sufre por el coronavirus y sus proyectos deportivos a largo plazo. El aumento de la curva de contagios pone en jaque las organizaciones y una de ellas es el Mundial Femenino Sub 20. FIFA le dio el ultimátum al país para que defina si tienen o no la capacidad de organizar el evento en tiempos de pandemia. Serán diez días de trabajo y toma de decisiones.

Actualmente el país tiene las cifras más complicadas de Centroamérica. Son 4 millones de habitantes y tienen más de 18 mil casos confirmados y cifras superiores a 400 muertes. El plan gubernamental para el regreso de las actividades se divide en seis bloques. Recién se habilitó el segundo (construcción, minería no metálica y actividades de culto y áreas deportivas con distanciamiento) y este mostró un aumento considerable de infectados.

El plan del Gobierno Nacional: "Ruta hacia la Nueva Normalidad".
El plan del Gobierno Nacional: "Ruta hacia la Nueva Normalidad".

En este segundo bloque es muy importante resaltar el punto de las “actividades de culto, deportivas y sociales”. Dentro de este bloque hay una “luz verde” para que los planteles de fútbol panameño puedan retornar discretamente a los entrenamientos individuales. Los directivos de la Liga Panameña de Fútbol y los presidentes de los clubes trabajan en un plan en conjunto para que los entrenamientos vuelvan a mediados de julio. A su vez, plantean el reinicio de la competición para el 28 de agosto.

“Tenemos fecha tentativa para el 15 de julio. Todo está bajo la previa autorización del Ministerio de Salud y los protocolos fueron presentados. También está trabajando la Comisión Médica de la Liga con los departamentos médicos de los clubes para ponerlos al tanto de todos los protocolos. Y la idea es que el fútbol pueda regresar el 28 de agosto”, le expresó a Doble Amarilla Mario Corro, titular de la Liga Panameña de Fútbol.

Sin embargo no todos los clubes tienen esta visión de regreso en determinados plazos. Uno de los casos es Julio Quijano, presidente del club Universitario. En diálogo con Doble Amarilla, expresó que “la crisis de salud no ha mejorado y que en comparación al mes de marzo están peor que nunca”. Y agregó: “Cualquiera que opine sobre el futuro de la Liga de Panamá está especulando. Estamos en una penumbra de incertidumbres y nadie está en lo cierto”.

Este panorama de incertidumbre se traslada al Mundial Femenino Sub 20 que iba a ser organizado este año por Panamá y Costa Rica. Finalmente la pandemia hizo que FIFA reprograme el calendario del evento para enero y febrero de 2021. Y aquí está el principal problema: mientras que en Costa Rica regresó la Liga y se comprometieron con seguir siendo sede, en Panamá pidieron expresamente que las fechas se trasladen para mediados del próximo año.

La respuesta del ente rector del fútbol no sólo que fue negativa, sino que también se le dio un ultimátum al país centroamericano para que defina antes del 22 de junio si están o no en condiciones de organizar el Mundial Femenino.

Según pudo saber Doble Amarilla con diferentes fuentes, aún no hay una postura firme sobre qué respuesta darle a FIFA. En esta organización hay un trabajo mancomunado del Ministerio de Salud, la Federación Panameña de Fútbol y el Instituto Panameño de Deportes. Este último es el dueño de todos los estadios que se utilizan para el desarrollo de la Liga Panameña de Fútbol. Y según pudo saber este medio, uno de estos hoy funciona como centro hospitalario.

El fútbol en Panamá: una iniciativa privada

El fútbol en el país centroamericano tiene nula intervención del Estado y la financiación de los clubes son con aportes privados. Desde los derechos de televisión hasta los patrocinadores y las inversiones. De hecho la mayoría de los dirigentes provienen del sector privado e invierten su dinero en el club para generar recursos.

“Aquí en Panamá el fútbol es deficitario y no tenemos un concepto 'socialista' donde el Estado subsidia el fútbol. Nos parece un error que no es sostenible. Nosotros estamos a merced de la generosidad de las empresas privadas y los patrocinadores. Hoy tenemos una contracción de la economía y se perderán muchos recursos, y tendremos que reinventarnos”, expresó Julio Quijano a Doble Amarilla.

Sin embargo esta pandemia corrió de eje cualquier idea o modelo de gestión. Y esto tiene que ver con una fuerte merma en los ingresos por el no pago de los derechos de televisión, cuotas, productos de merchandising y patrocinadores. El titular de la LPF le expresó a Doble Amarilla que en este caso excepcional existió un aporte de u$s 350 mil a dividir entre los clubes.

El hilo conductor de este modelo tiene que ver también con la organización del Mundial Femenino. Si bien por cuestiones institucionales hay una presencia estatal y de la propia Federación, la incentiva de este evento es de carácter privado. Quienes hacen posible la organización de este mundial en el país son agentes privados y patrocinadores.

Según pudo saber Doble Amarilla, los agentes no verían con buenos ojos patrocinar o invertir dinero en un evento que aún se desconoce si será con público en las gradas. Y sumado al ultimátum de FIFA, las decisiones son a contrarreloj.

El reclamo por el traslado de fechas no fue propinado por Costa Rica porque tiene una realidad diferente. Controlaron mejor esta pandemia y la Liga Promerica volvió a disputarse. En Panamá entienden esta decisión porque es una nación que consume exclusivamente fútbol y donde hay iniciativa pública y privada.

Ante estas circunstancias, en Panamá serán diez días claves para definir el futuro del Mundial Femenino. Hoy la realidad marca que la pandemia está fuera de control y que no habría intenciones de los privados en promocionar un torneo que podría ser sin público. ¿Cuál será la decisión?