Los clubes que disputan la primera división del Campeonato Brasileño acordaron este martes el regreso del público a los estadios a partir del próximo sábado, tras más de un año y medio de puertas cerradas por la pandemia del COVID-19.

En una reunión virtual del Consejo Técnico de los clubes de la primera división convocada por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), 18 de los 19 clubes asistentes aprobaron la decisión. Sólo Athletico Paranaense se opuso, según consigna EFE.

Flamengo, autorizado por la alcaldía de Río de Janeiro, ya jugó un partido del Campeonato Brasileño con público en el estadio Maracaná. Fue amparado por una decisión del Tribunal Superior Deportivo que reconoce el alegato de que la decisión es de los municipios y no de la CBF.

Atlético Mineiro, líder del Campeonato Brasileño, con sede en Belo Horizonte, otra de las ciudades que ya autorizaron el regreso de los aficionados, alegó que si los demás clubes se oponían a la presencia del público tomaría el mismo camino del Flamengo y solicitaría una cautelar de la Justicia para poder vender entradas para sus partidos.

La autorización para que el público retorne a los estadios cumpliendo las determinaciones sanitarias de cada ciudad, que en su mayoría permiten presencia de hasta una tercera parte de la capacidad de cada estadio, se produce en momentos en que casi todas las alcaldías han autorizado la vuelta de los aficionados.

Tan sólo la alcaldía de Salvador, sede del club Bahía, aún prohíbe la presencia de aficionados en partidos de fútbol.

Para no perjudicar a los clubes que aún no pueden vender entradas, la Confederación Brasileña de Fútbol autorizó el aplazamiento de los partidos que Bahía y Santos disputarían este fin de semana con Ceará y Fluminense, respectivamente.

Palmeiras y Bragantino tan sólo podrán abrir sus estadios al público a partir del lunes pero aceptaron disputar los partidos de este fin de semana sin aficionados, respectivamente frente a Juventude y Corinthians, ante las dificultades para programar sus compromisos en otras fechas.

Los estadios brasileños cerraron sus puertas en marzo de 2020, en las primeras semanas de la pandemia del COVID-19 y por las medidas de distanciamiento social impuestas cuando el país ya destacaba como uno de los más afectados por la crisis sanitaria.