(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Boca y River están en Brasil. El Xeneize jugará en San Pablo la revancha ante el Palmeiras, buscando defender el 2-0 conseguido en "La Bombonera", el "Millo" se medirá en el Arena Do Gremio ante el elenco Gauchó y buscará remontar el 0-1 en el Monumental. Sin embargo, ninguno de ellos es la principal noticia en Brasil. Un Brasil que quedó partido luego de la victoria de Jair Bolsonaro que lo convirtió en nuevo mandatario del vecino país.

El mandatario de extrema derecha venció en el ballotage a Fernando Haddad, del PT, con el 55,1% de los votos. Su elección como presidente del vecino país desató un clima de innegable tensión social en Brasil. Es que las ideas de Bolsonaro, que empiezan con el lema de "hacer una limpieza nunca antes vista en Brasil”, lograron polarizar absolutamente la sociedad brasileña.

Como cabeza del "Partido Social Liberal", este hincha de Palmeiras llega para imponer mano dura y una lucha abierta contra el crimen y la corrupción. Entre quienes celebraron la victoria de Bolsonaro en las calles de Brasil aparecieron las Fuerzas Armadas, quienes desfilaron por las calles de distintos estados.

Bolsonaro llegó a la presidencia del país más grande de Sudámerica embanderado en un discurso que se antojó peligroso para medio brasil. Sus dichos homofóbicos, xenófobos y misóginos jamás fueron negados y encontraron eco en muchos jugadores históricos de la Verdeamarelha. El más emblemático, quizás, sea Ronaldinho. Pero también apareció Rivaldo y Cafú. Otro que celebró la elección de Bolsonaro fue el volante central del Palmeiras, Felipe Melo, que incluso se mostró descorchando un champagne en redes sociales.

Desde el fin de la elección, en todas las ciudades grandes de Brasil, hubo manifestaciones que enfrentaron a los que celebraron el resultado de las urnas y los que lo repudiaron, con la intervención de la policía de Brasil.

River enfrentará a Gremio en Porto Alegre, la ciudad capital del estado Río Grande Do Sul. Allí, Bolsonaro sacó el 63%de los votos. En San Pablo, donde jugará Boca, sacó más: 67%. En ambos estados ganó la clara tendencia derechista que se impuso al Partidos de los Trabajadores cuyo principal líder y emblema, Inácio Lula Da Silva, está en prisión por un delito que jamás se pudo comprobar que cometió.

Desde la cárcel, Lula ungió a Fernando Haddad e instó a sus seguidores a votarlo. Sin embargo, no alcanzó y en Brasil triunfó la extrema derecha de Jair Bolsonaro, que entre otras cosas afirmó que sacará a Brasil de la ONU. En medio de este clima de tensión innegable, River y Boca se jugarán la vida y buscarán el pasaje a la final de la Copa Libertadores. Esta vez, los focos y los luces apuntan a otro lado.