Joan Laporta, flamante presidente del Barcelona, además de buscar una mejora sustancial en el plano deportivo, enfrenta uno de los momentos económicos más delicados del club. Actualmente encabeza la lista con mayor deuda financiera de corto plazo.

El Barcelona encabeza el ránking de clubes europeos de fútbol con mayor deuda financiera a corto plazo a cierre de la anterior temporada. Según señala la consultora Kpmg, la deuda de la institución catalana a pagar en menos de un año asciende a los € 268 millones. Lógicamente, es uno de los tantos clubes que recurrió a este instrumento por el recorte de ingresos, debido a la pandemia del coronavirus.

“El club se enfrenta a un déficit de ingresos y obligaciones de vencimiento rápido, lo que los coloca en una posición más vulnerable en términos de liquidez”, detalla el informe. El conflicto no es el número en sí, sino los problemas para afrontar los pagos en el corto plazo.

El Tottenham, con € 193,3 millones, es el segundo club con mayor deuda financiera a corto plazo. En la clasificación aparecen otros dos clubes españoles, con importes mucho menores: Atlético Madrid, con € 56 millones, y Real Madrid, con € 53 millones.

De los € 268,5 millones que el Barcelona contabiliza como deuda financiera corriente, € 90 millones pertenecen a un préstamo contratado en 2018 para financiar la primera fase del proyecto de renovación del Espai Barça, un crédito sin garantía de € 45 millones recibido en julio de 2019 y otros € 118 millones de líneas de crédito durante el ejercicio 2019-2020.

El candidato ganador, Laporta es consciente de la delicada situación financiera y económica del club. Aunque claro, así como deben dineral, también el club tiene pendiente algunos cobros de entidades deportivas por mecanismos de transferencia.

Por otro lado, el Barça debe € 323 millones a otras entidades deportivas por la transferencia de jugadores, de los cuales € 126 millones vencen en menos de un año. Todavía debe, por ejemplo, € 29 millones por el fichaje de Phillipe Coutinho a corto plazo, y otros € 40 millones con vencimiento en más de un año.

El club también debe abonar € 109 millones a largo plazo y cuenta con un saldo a su favor de € 59 millones, a cobrar de otros clubes por la venta de jugadores, lo que alivia un poco el saldo negativo.

“Si no se toca la masa salarial, es imposible recomponernos”, reconoció Jaume Giró, el responsable económico de la candidatura del flamante presidente culé antes de las elecciones, haciendo hincapié en la contratación de jugadores y del propio personal del club.