Lucas Biglia, Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín estuvieron presentes en el Vaticano como parte de una comitiva de Lazio y Juventus que visitó al papa Fransisco previo a la definición de la Copa Italia.

Los argentinos presenciaron una misa del papa y pudieron saludarlo. También, los representantes de los clubes pudieron obsequiarle banderines, camisetas y hasta una pelota firmada.

"Considerando la fascinación y el reflejo que el fútbol profesional tiene sobre las personas, especialmente entre los jóvenes, tienen una notable responsabilidad", les exigió el papa a los futbolistas durante su discurso. Y remarcó: "todos los que son considerado campeones se vuelven fácilmente figuras de referencia. Por eso cada partido es una prueba de equilibrio, de maestría, de respeto a las reglas. Quien, con su comportamiento, puede dar prueba de todo eso, se vuelve un ejemplo para sus admiradores". 

"A veces en los estadios se dan, lamentablemente, episodios de violencia, que trastornan el tranquilo desarrollo de los partidos y la sana diversión de la gente. Deseo que, en la medida de su poder, puedan siempre ayudar a la actividad deportiva a mantenerse como tal y, gracias al esfuerzo personal de todos, a ser motivo de cohesión entre los deportistas y la sociedad entera", sentenció Francisco