Amnistía Internacional (AI) pidió una reunión con la Premier League para hablar sobre las políticas de aceptación de dueños en la competición después de la compraventa del Newcastle United.

El club inglés fue adquirido por un fondo saudí ligado al gobierno del país, puesto en duda por sus crímenes contra los derechos humanos como el descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Estambul.

La presidenta de Amnistía Internacional en el Reino Unido, Sacha Deshmukh, le solicitó al presidente ejecutivo de la Premier, Richard Masters, una reunión para tratar cambios en las políticas de dueños y presidentes de la competición. "La forma en la que la Premier League ha permitido este acuerdo abre muchas preguntas sobre lavado de imagen en el deporte, derechos humanos e integridad en el fútbol inglés", dijo Deshmukh.

"¿Cómo puede estar bien que las políticas actuales de la Premier League no digan nada sobre los derechos humanos? El fútbol es un deporte global que necesita actualizar sus reglas para evitar que aquellos implicados en violaciones de los derechos humanos puedan comprar su entrada en el fútbol inglés", añadió.

Según explicó la Premier League, recibió "garantías judiciales" de que Arabia Saudita no controlará el club, por lo que pudo dar luz verde a la operación.