Desde que hace casi dos años explotó el FIFA GATE, todo lo que trate sobre recursos, manejos económicos, balances financieros o acuerdoscontractuales, es revisado por mil ojos. Sea en la casa madre del fútbol mundial o, como en este caso, en la sede más importante del cono sur de América. 

Con esa sensibilidad, el diario ABC COLOR, de Paraguay, revela unos datos que hipersensibilizan la situación de Gorka Villar Bollain, ex Director de General de la Conferederación, bajo la presidencia del Licenciado Juan Angel Napout.

Gorka Villar, (hijo del mandamás del fútbol español y vicepre de la FIFA, Angel María Villar), desembarcó en la Confederación Sudamericana de Fútbol en 2012, cuando recomendado por Julio Grondona -íntimo amigo de su padre- accede al cargo de asesor jurídico de los ex presidentes de la entidad, Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo, sugestivamente hoy detenidos e imputadospor las maniobras de corrupción en la FIFA. Tiempo después,el español fue ascendido como Director General de la CONMEBOL.

El periódico ABC Color accedió a los documentos que evidencian la pantagruélica vida que llevaba Gorka en Asunción, solventada totalmente con fondos de los aportes de todos los clubes del fútbol sudamericano.

El español cobraba un sueldo de 44.000 dólares, que igual a la del presidente de la Confederación. Aún con semejante sueldazo, el vasco había acordado que la CONMEBOL también la pagaba el alquiler de su casa por un valor de 5512 dólares. 

No sólo eso. En el año 2015 Villar fue denunciado por extorsión por siete clubes uruguayos que pedían mayores ingresos de la institución en los torneos internacionales. Increíblemente, la CONMEBOL le pagó a todos los abogados que Gorka contrató para enfrentar esa causa ante la justicia uruguaya. Para tener una idea, un solo pago al abogado uruguayo Diego Mario Camaño Viera significó para la entidad sudamericana un desembolso de US$ 50.000. Otros 39.650 fueron para el doctor Rodrigo Martínez Ruiz.

Pero hay más: el mantenimiento de la camioneta 4x4 que la CONMEBOL le asignaba para moverse en Asunción, era costeada por la Confederación. Como también los desayunos, almuerzos y cenas a cuerpo de rey que abonaba en el Hotel Bourbon o los vuelos en primera clase que realizaba por el mundo. 

Toda una revelación que a esta altura, y tratándose de un órgano vinculado a la organización del fútbol, no llama la atención.