El gobierno japonés extendió el estado de emergencia en Tokio y otras regiones del país al menos hasta el próximo 31 de mayo. Restan 77 días para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, que fueron retrasados un año por la pandemia de coronavirus y que no gozan del beneplácito de la mayoría de los japoneses.

Esta medida, aplicada desde el pasado 23 de abril, debía caducar el martes próximo pero se sostuvo por el crecimiento de casos positivos, que alcanzó un promedio de 5.300 contagios durante la última semana.

Esos registros preocuparon a las autoridades del gobierno nipón porque se combinan con una tensión en el sistema hospitalario y una campaña de vacunación con avanza con lentitud, según consignó la agencia de noticias AFP.

El estado de emergencia en Japón implica el el cierre temporal de bares y restaurantes; la prohibición de vender alcohol, y el pedido a algunos comercios, como las grandes tiendas, a bajar las persianas. Los acontecimientos deportivos, de momento, se celebran a puerta cerrada y los JJOO no escaparían a esta norma, si bien aún no hay confirmación oficial.

La cita olímpica está prevista para comenzar el próximo 23 de julio y extenderse hasta el 8 de agosto. Los organizadores ya anunciaron que no se permitirá la asistencia de espectadores extranjeros y una decisión similar se podrá tomar con el público local, la decisión aún no se tomó. 

Las restricciones tienen vigencia en Tokio, Osaka, Kioto y Hyogo y también comenzaron a aplicarse en los departamentos de Aichi y Fukuoka, dijo el primer ministro Yoshihide Suga.

La organización de la cita olímpica configura un tema de permanente debate y polémica en la sociedad japonesa: todas las encuestas realizadas en los últimos meses arrojan que la mayoría de los ciudadanos se oponen a su realización por el riesgo sanitario que conlleva y piden su postergación o cancelación definitiva. Más de 200.000 personas ya firmaron una petición lanzada esta semana en internet con el lema "Anulen los Juegos Olímpicos para proteger nuestras vidas".