Cuando terminaron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, y Japón mostró un video en dónde advirtió lo que sería su cita olímpica con muchas referencias al anime, muchos pensaron que lo que se venía era un evento que iba a mezclar, en partes iguales, los históricos dibujos animados nipones y todo el avance de la tecnología de la entrada a una nueva década. Pero pasó el Coronavirus y hoy, a 100 días del inicio de los JJOO reprogramados en 2021, el panorama es absolutamente opuesto.

Con mucha resistencia interna y blindados para el público extranjero, los Juegos lucirán un panorama bastante extraño, algo que el COI buscó evitar cuando corrió la cita de 2020 a 2021 por la pandemia y esperando que este año la situación sea sensiblemente mejor. Lo cierto es que Japón atraviesa la cuarta ola de covid y, atravesando la primavera, la situación empieza a ser mejor, más de cara al verano, momento de la cita olímpica. 

Japón viene con un alza de casos en el último mes, con promedio de 3100 por día y un promedio de 24 muertes por día. Números que, desde este lado del mundo, parecen muy mínimos, pero que en Japón siguen generando respeto al covid y han minado las ganas de los japoneses de celebrar sus propios juegos. El país nipón acumula desde el inicio de la pandemia más de 500 mil casos y 9422 muertes, al 13 de abril de este año. 

La cita olímpica, además, sufrió la baja de Corea del Norte. Ese país determinó no competir en los JJOO de Japón y, por ahora, es el único país que decidió no asistir a la cita olímpica. 

Los miles de millones de dólares en transmisiones de televisión están asegurados y el presidente del COI, Thomas Bach, se comprometió a comprar dos vacunas adicionales para la población del país al que corresponda el deportista que reciba la dosis provista por el Comité Olímpico Internacional, tras un acuerdo con China.

"Lo fundamental es que los atletas, si se puede y tienen la voluntad, estén todos vacunados. Desde el COI vamos a financiar las vacunas excedentes que hagan falta en los países, entendiendo que cada Estado es la autoridad de aplicación. Pero si no hubiera suficientes vacunas, el COI va a garantizarlas en aquellos países más comprometidos con el acceso a ellas para que los atletas, si así lo desean, se puedan vacunar junto con toda la comunidad olímpica”, aclaró el alemán Bach hace un tiempo, en busca de seguir asegurando los Juegos. 

Ahora, ¿por qué se sigue llamando Tokio 2020? El hecho de no cambiar la cartelería, ni mucho menos responde a razones de merchandising y todo lo preparado hace años. Una preparación que el covid destiñó y que hace que, a 100 días de los Juegos, el entusiasmo sea bastante menos del que se esperaba y a los cinco anillos históricos haya que sumarle un sexto, de color gris.