(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) De pronto, en el arco del Liverpool, el Campeón de Europa, apareció un tal "Adrián". ¿Quién es? Se trata de Adrián San Miguel, arquero sevillano de 32 años. Un hombre de pasado en el West Ham inglés (pero como suplente) y cuyo futuro estaba en el aire. Ese hombre tuvo la inmensa responsabilidad de reemplazar, nada más y nada menos, que a Alisson Becker, el mejor arquero del Mundo.

San Miguel llegó a Anfield el último 5 de agosto, cuando Klopp lo convocó para ser suplente del brasilero ante la salida del belga Simon Mingnolet. El elenco de Anfield no tenía ni dinero ni margen, la Premier League ya empezaba y la Supercopa de Europa estaba a la vuelta de la esquina. Ahora, ¿dónde estaba Adrián? Al finalizar su contrato con los "Hammers" el pasado 30 de junio, se volvió a Andalucía, dónde se entrenó en el Pilas de Sevilla, un equipo regional, mientras esperaba una oferta. El Valladolid parecía que se lo llevaba pero apareció Klopp y no hubo mucho que pensar.

El destino hizo el resto. En el inicio de la Premier, en el partido ante Ipswich Town que marcó el debut Red en el torneo se lesionó Alisson y Adrián ingresó a jugar el último cuarto de hora. Becker no iba poder estar en Estambul y el destino golpeaba a la puerta del arquero español. 

Durante el juego no tuvo mayores sobresaltos, aunque pudo pasar de héroe a villano, ya que en el minuto 101 de juego le cometió penal a Abraham que Jorginho cambió por gol y 2-2. En la tanda de penales, su figura se agigantó: le tapó el décimo penal al Chelsea que pateó Abraham y eso definió la serie que ganó el Liverpool 5-4.

Al finalizar el partido, con la Copa ya en el bolsillo, Jürgen Klopp lo elogió: "Ha jugado un gran partido, y ha hecho paradas increíbles. Sólo había jugado 15 minutos antes y no recuerdo cuando fue el último partido que jugó con el West Ham".

"Estar listo como él ha estado listo es increíble. Además es una gran persona, con una buena personalidad parea vestuario. Grito más que yo en el entretiempo, dio instrucciones y eso ayudó. En la tanda de penales quizás siempre tenés que tener algo de suerte, pero en los 120 minutos estuvo increíble", manifestó el DT alemán, que en el campo, había bromeado con su nombre y el recordado grito de "Adrian" de la película Rocky. Sí, con Adrián, Liverpool metió un golpazo y se llevó la Supercopa de Europa.

Adrián en 9 días consiguió cosas que algunos arqueros sueñan toda su vida: atajar en el mítico Anfield y ganar un título de Europa con el Liverpool. El chico de la tapa, joder.