(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Lo que parecía una mera "fatiga", comienza a preocupar, en serio, a Barcelona y a la Selección Argentina. A poco más de 70 días de la próxima Copa del Mundo, Lionel Messi continúa "entre algodones". Pese a haber jugado -y ser determinante- ante el Sevilla y al haber disputado los '90 ante la Roma por Champions League, lo cierto es que el "10" no luce en la mejor de las formas. 

En el Camp Nou, ante los italianos, se lo vio con una marcha menos. Casi no piso el área, no lució explosivo y no mostró, casi nunca, su pique corto letal. Es claro: está al límite. Desde Barcelona le pidieron que se exija "sólo lo necesario" y él "10" es obediente como pocos. Por eso, muestra una versión de sí mismo sin la cuota de dinamismo y explosión que viene en su ADN futbolístico haciendo que luzca como otro Messi.

Es más, en España, los medios aseguran que Messi no jugará ante el Leganés. Irá al banco para dosificar sus energías. La idea de Ernesto Valverde es tenerlo al 100 para la revancha ante el "Giallorosso" en el Olímpico, más allá del 4-1 que consiguió el Culé en Camp Nou. Otro partido al que Barcelona apunta es del 21 de abril, la final de la Copa del Rey, ante el Sevilla, en el Wanda Metropolitano de Madrid

Antes del Mundial, a Messi le queda una agenda muy cargada. Además de la Champions, competencia en la que el Barcelona está prácticamente en semis, el elenco Culé debería liquidar La Liga y buscará la Copa del Rey. Después, Rusia. Pero, en el mientras tanto, es imposible que la preocupación ya no haya cruzado el Atlántico.