(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) "Pasan los años, pasan los jugadores, pero La 12 está presente", reza uno de los cánticos más populares de la hinchada de Boca. Y es así. Tarde o temprano todos pasan, menos ellos. El negocio de la barra está siempre presente y nunca deja de ser rentable. Y en esta Superfinal, más todavía. A través de actividades como la gastronomía, merchandising, "trapitos" y reventa de entradas, la barra del club Xeneize generó un ingreso millonario durante el Superclásico en la Bombonera: $ 8 millones fueron los que embolzaron los delincuentes de siempre, según cuenta el periodista Leandro Ferreyra de Ámbito Financiero.

"Esto es un laburo, hay que entenderlo como tal y recaudar. A veces te toca estar adentro y otras veces hay que sumar desde este lugar", confesó un joven al mencionado medio que gestiona tres puestos de venta de choripanes y hamburguesas cuando Boca hace las veces de local.

La venta ambulante en las inmediaciones de los estadios de fútbol mueve mucho dinero. Si es un club grande, los números se multiplican por dos y por tres. "Y en un acontecimiento historico como éste, esa cifras no tienen techo", admite el joven, quien bajo reserva de identidad, revela algunos datos interesantes sobre la venta de comida, bebidas y merchandising ilegal, además del estacionamiento de autos.

"Antes del partido, hablamos que la recaudación debía llegar a los $ 8 millones. Esto sin contar el negocio principal que es la reventa de entradas", reconoce el informante.

Casi $ 2 millones por hora generados ilegalmente. En otras palabras, cada 60 segundos, el ingreso para la barra de Boca pasó la barrera de los $ 30 mil, aproximadamente tres veces el salario mensual mínimo vital y móvil de un trabajador argentino.

"Cada camiseta, con número y nombre del jugador (las que más se venden son las de Pavón y Benedetto, ya no tanto la de Carlitos, cuenta la fuente) cuesta en el distribuidor unos $ 100 y se venden a $ 500; el chori, el pan y la gaseosa se compran en el Mercado Central. El chorizo cuesta $ 65 pesos el kilo, de cada kilo salen aproximadamente 8 unidades, que se venden cada una $ 80. El pack de gaseosa de 2 ¼ está a $ 115, de cada botella salen 10 vasos, que se venden a $ 50 cada uno. Los pilotos cuestan $ 12 cada uno y los sacamos a $ 100, pero hace mucho no compramos porque tenemos sobrantes de partidos anteriores", concluye. 

¿Los trapitos? Un párrafo aparte. Se calcula que por cada cuadra, cada dos o tres cuidacoches administran entre 25 y 35 autos. En un partido normal, cada conductor debe abonar entre $ 150 y $ 200, pero el partido de ayer rompió todos los récords: hasta $ 500 el estacionamiento, "a abonar antes del partido", dice el joven, aunque aclara que "ahora el negocio está profesionalizado, cobramos y nos quedamos hasta que el conductor se sube al auto. Los cuidamos, acá no hay choreo. Antes el trapito te cobraba y se iba a ver el partido. Ya no es así. Nos turnamos. A veces te toca estar afuera y a veces adentro, nos organizamos", relata, antes de confesar un dato que llama la atención: "Los estacionamientos privados también tienen que pagar los días de partido. Ellos tienen que dejar el 15% de la recaudación del día, ya está hablado y nadie se queja". 

Sin dudas son datos que grafican la realidad de nuestro fútbol hace ya varios años y que representan la realidad de nuestros clubes.