Una locura fue el GP de España de F1. Verstappen partía segundo y parecía favorito más allá de la pole de Leclerc y Sainz (3º). Nada menos que 121.667 espectadores fueron testigos de la magia de la categoría. Valió la pena aguantar los 37 grados y el fuerte sol durante horas para que la afición disfrutara de una carrera en la que fue imposible adivinar quién ganaría o qué pasaría vuelta a vuelta. Ganó Verstappen por delante de Pérez (2º), Russell (3º), Hamilton (4º) y Sainz (5º). Y también ganó la F1 por la emoción que se vio en pista.

Charles Leclerc partía desde la pole con las ideas muy claras. Era el único de los favoritos con goma nueva y ello le debía permitir salir mejor y tener más ritmo en el primer tramo. Parecía todo a su favor, pero abandonó: escapado, sin problemas y sin errores, con sus dos máximos oponentes por el triunfo. Pérez dejaba pasar a Max para que desde la tercera posición, encendido, atacara a Russell.

Sin embargo, la película cambiaría para siempre. “Pierdo potencia”, decía por radio, sin poder creerlo Charles Leclerc en el giro 26. El favor del inglés se quedaba en nada. Charles, líder del Mundial, tuvo que retirarse para sumar su primer 0 de la temporada.

Red Bull demostró en ese momento, por si había alguna duda, que la prioridad número uno es su campeón del mundo, Max Verstappen, y su persecución a Leclerc. Llegó entonces un mensaje por radio claro a Checo Pérez. “Es injusto, pero lo haré”. Verstappen, tras la carrera, se deshacía en elogios hacia Checo por su compañerismo. "Estoy contento por el equipo. Hablamos después", dijo el mexicano por su parte, gran jugador de equipo.

Por su parte, Sainz realizó un mal arranque y sufrió una salida de pista, lo que le alejó del triunfo, pero pudo minimizar pérdidas terminando en la cuarta plaza; Alonso remontó de la ultima posición hasta la 9ª final