(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Veinte años se cumplen de la icónica frase que marcó a los hinchas de la Academia. "Racing Club ha dejado de existir", fueron las palabras de Liliana Ripoll, el 4 de marzo de 1999. La actualidad académica institucional de ese momento, con Daniel Lalín como presidente, era devastadora. El mandamás se dirigía a hablar con la prensa cuando un redoblante impactó en su rostro. "Nosotros venimos a dar la cara y la vamos a dar siempre", alcanzó a esgrimir. Los hinchas, fieles seguidores del equipo, se congregaron en el estadio y gracias a ellos, según cuenta la ex síndico, el club salió a flote. 

Doble Amarilla se comunicó con Ripoll y, en primera persona, contó los hechos, desde ese momento y también se refirió a la actualidad racinguista.


- Doble Amarilla: En esta fecha tan especial, ¿cómo recordás esa época en la que te tocó ser síndico de Racing? 
- Liliana Ripoll: Uno lo recuerda como un episodio importante en la vida profesional y como un momento en el que se tienen que tomar decisiones muy rápidas en cuanto a poder evitar lo que entendés que no corresponde que se haga. Cuando yo dije la frase que tanto me han criticado era un poco encender una mecha cuya explosión después los mismos hinchas de Racing lograron hacer y evitar lo que tanto buscaban desde la Justicia, que era la clausura de la Institución.

- DA: Cuando dijiste esa frase: "Que Racing Club, Asociación Civil ha dejado de existir", ¿era justamente el efecto contrario, que la gente de Racing se de cuenta que había que dar un volantazo y el momento de cambiar la situación?
- LR: Exactamente, cuando a mi me cita el juez y me dice que habían ordenado la clausura, yo le dije que no pensaba hacerlo. Se iba a poner una faja de clausura en la sede y fue un poco decir "Señores, escúchenme, se están quedando sin club". Cuando el hincha reacciona también reaccionó el poder político, generó que surgiera rapidísimo la Ley de fideicomiso para entidades deportivas con lo cual hoy ningún club de fútbol deberá recurrir a la figura de quiebra con continuidad como fue Racing porque tienen una herramienta que antes no había. Hoy pueden concursarse y en caso que pidan la quiebra, automáticamente pide la ley si tiene una situación de apriete financiero. 

- DA: ¿Te sorprendió que se llegue a ese punto?
- LR: Desde que me recibí me dedico a quiebras y concursos y he visto situaciones graves de establecimientos industriales o en empresas instaladas en pequeños pueblos donde el 80% de la gente vive de eso y no vi nunca un movimiento como este, a nivel político. La ley Racing la consiguió la gente de Racing. Yo no estaba de acuerdo con esa clausura, la Institución podía seguir hasta tanto se generara una salida económico financiera, pero yo no decidía, lo hacía la Cámara, y ordenaron la clausura. Una orden que una semana después la dio vuelta y dijeron que fue una mala interpretación, ya que dijeron que podía seguir jugando. A veces uno tiene que pagar los costos, pero quizás yo debería haber dicho algo que no fuera tan doloroso, pero bueno, yo hablaba desde lo técnico pero se interpretó de otra forma, que es lógico. Lo que sostiene a los clubes es la pasión, sin eso ninguna Insitución se mantendría a flote y lo que generó que Racing no fuera clausurado esa noche.

- DA: ¿Con qué club te encontraste en ese momento, con qué club te fuiste y qué te parece el presente de Racing?
- LR: Me encontré con un club altamente endeudado y con un cierto desorden. Lo dejé con deficit cero porque me lo exigía la ley de quiebras y porque además la sindicatura tiene responsabilidad patrimonial sobre su gestión, con lo cual más allá de ser prolija, estaba defendiendo también mi responsabilidad frente al tema, y me fui dejando un club con U$S 7 millones en plazo fijo en una cuenta a la orden del juez y dejando un club con deficit cero con una situación deportiva que no era la mejor, pero en ese momento estaba saneado el club. Fue buena con un club quebrado y hoy, por lo que veo, me alegra que esté cerca de salir campeón, me da satisfacción.