La Selección Argentina de Vóley logró hacer historia a lo grande en Tokio: le ganó a Brasil y se colgó una medalla por primera vez en 33 años. En las dos últimas veces que la Albiceleste se subió al podio, hubo un apellido común: Conte. Hugo y Facundo.

El primero, valorado como uno de los mejores jugadores de la historia de la Selección y ganador del bronce en Seúl 1988, no pudo contener su emoción al hablar del memorable triunfo. Entre lágrimas, esbozó: “Ahora le voy a pedir prestada la (medalla) de bronce para jugar como él hacía con la mía”.

Tras el partido, en diálogo con TyC Sports, Facundo Conte también valoró la obtención de la medalla. “Hoy poder lograr esto es algo increíble, no puedo ni hablar. Estoy tremendamente feliz. Quiero que ya me den la medalla, que ni se juegue la final”, esbozó.

“No se puede hacer una análisis, es la gloria. Es haber conseguido la gloria absoluta. Grabamos nuestros nombres en la piedra, esto es para siempre”, sentenció el Heredero.