Son estrellas durante ’90, personas reconocidas mientras duran los buenos tiempos, famosos de manera abrupta, mimados desde muy chicos por todos, con la chance de ser millonarios de la noche a la mañana si se le pega relativamente bien al cuero, ¿pero qué pasa cuando la carrera de un futbolistas va llegando a su fin? ¿Qué pasa el día después de dejar de jugar al fútbol? ¿Y qué pasa si el sueño jamás se concreta?. Históricamente, el fútbol fue un deporte de machos y, en ese escenario, admitir que uno necesita “ayuda”, fue visto históricamente como una señal de ser “blando” o "débil".

Pero, la vida real es otra cosa y, en estos tiempos de deconstrucción y nuevas masculinidades, sería bueno entender al jugador de fútbol primero como ser humano, con necesidades, con miedos, con angustias y con terror al fracaso antes que como la persona que ocupa un rol dentro de un equipo, en el cual se puede desempeñar bien, mal, regular o de manera excelente. La trágica decisión de Santiago “Morro” García vuelve a poner sobre el tapete esta tema. Es difícil aseverar que la determinación del punta uruguayo que se mató a los 30 años, cuando recién se empieza a vivir, pero cuando la carrera del jugador empieza el declive en la mayoría de los casos, tenga que ver directamente con el fútbol. Lo que vale la pena dilucidar es qué puede hacer el fútbol para contener a la persona. Sea o no su depresión hija directa de su relación con la pelota.

Doble Amarilla habló con varias voces para abordar el tema desde distintos lados y aunar un mismo pedido: "Cuanto menos tabú sea este tema y más profesionales se involucren, mejor". 

El primero de ellos es Adrián Bianchi. El ex jugador de Ferro, Vélez y Platense en las décadas de los ’80 y ’90 decidió tomar cartas en el asunto y, en el 2009, creó “Futbolistas Arriba”. ¿De qué se trata? “tiene que ver con el retiro del jugador de futbol y sus consecuencias negativas, ya que es un tema del que sea habla mucho, pero se ha hecho poco. Se me ocurrió armar un centro de apoyo para el jugador que se retira, el que queda en el camino o el pibe de inferiores que no llega, porque hay muchos que sufren el retiro y otros que por lesiones o edad se tienen que retirar antes”, indica Bianchi.

Bianchi, desde su lugar, diagnostica que “debería haber más contención y se debería trabajar desde inferiores con profesionales en varias áreas" y agrega: "la realidad es que en ninguna actividad se prepara a la persona para que la deje, pero si hablamos de fútbol es peor porque la vida del futbolista es corta e incierta. Muchos chicos encima se quedan en el camino por lesiones o porque los dejan libres. Hay casos reconocidos como los de Toresani o el “Morro” García ahora, pero hay muchos más que no se conocen y tienen la misma problemática”, enumera Bianchi.

Por su parte, César Carignano, que se retiró a los 33 años “cansado del ambiente”, también dice lo suyo. Creo que, decididamente, a nivel mundial el fútbol va mucho más camino a consolidarse como negocio que como algo que contenga a los seres humanos que son los actores principales, que son los futbolistas y que son deportistas unas pocas horas al día, pero que después son personas”, manifestó.

En el fútbol argentino, que tan sólo el 20% de los clubes profesionales tenga un departamento de apoyo psicológico y contención, marca un poco el rumbo. Creo que siguen siendo temas tabú. La homosexualidad como un sinónimo de debilidad y la psicología como un sinónimo de locura, lo cual es absurdo y sigue existiendo. La contención no es la ideal y los entornos son los que deben contener en cualquier momento malo. La exigencia es máxima como en ningún otro ambiente y eso lleva a que la tolerancia al fracaso sea mínima. Eso hace que te derrumbes anímicamente y, ante eso, no tener contención te expone a momentos de debilidad. Como los futbolistas son personas que aparentemente tienen la vida resuelta en lo económico, hasta les genera culpa expresar que no están bien, porque la respuesta del otro lado es “¿cómo no vas a estar bien si tienes todo?”. Y el todo puede ser material, pero es lo anímico lo que sostiene a las personas
”, desarrolla Carignano.

Carignano, también hace un llamado para aquellos protagonistas del fútbol que enuncian a viva voz que ellos no “necesitan” este tipo de contención: “seguramente muchos de los que dicen que no hace falta ir a un psicólogo no lo necesiten, pero tenemos que entender que el mundo del fútbol genera muchas ilusiones en muchos chicos, de los cuales sólo llegan el 5%, y que el otro 95% le entrega los años más productivos de su adolescencia a este deporte”, relata Carignano.

“La necesidad de capacitarse, de abrir el espectro y de ver que la vida es mucho más que una pelota es tan necesario para el pibe que persigue esos sueños como para el futbolista que está consolidado y que no sabe qué va a pasar el día de mañana. 
Hay muchos que necesitan apoyo y el no tenerlo hace que cada vez te sientas más chiquito. Esto no tiene porqué conducir al suicidio, pero sí a una merma muy grande del rendimiento, a alejarse de los seres queridos y a un montón de situaciones en las que se puede manifestar, continuó el ex goleador de Colón.

Yo estuve muchos años lesionado a raíz de una pubalgia, una lesión muy difícil de mostrar en estudios y entonces mucha gente, incluso cercana, lo asociaba a un problema mental mío, porque asociaba que estaba lesionado y no lo estaba. En ese marco, yo nómade moviéndome por Suiza, México y demás, hablaba con gente cercana y les decía que no la estaba pasando bien, que no estaba bien y la respuesta casi por lógica y de muchos era “¿como no vas a estar bien con lo bien que te va y en los lugares donde vivís?, recuerda con su propio ejemplo.

El futbolista, muchas veces, encuentra oídos sordos, y tiene miedo de expresar cómo se siente cuando materialmente le está yendo bien. Me parece que hay que saber disociar eso, porque si no generamos mucha frustración”, opinó Carignano que se retiró, para los “cánones” del fútbol, “jóven” y con “años”  de futbolista por delante.

Por su parte, el psicólogo de las juveniles de la AFA, Juan Manuel Brindisi, opinó que “no hay contención al nivel que se necesita en alta competencia. Sí ha evolucionado en edades formativas y juveniles, donde la mayoría tiene su psicólogo, psicóloga o departamento de salud mental, pero en la alta competencia y cuando el jugador esta llegando y en auge, hay menos de la que se precisa, comienza contando Brindisi.

“Hoy a un jugador de fútbol se le requiere mucho más de lo que ocurría hace 30 años o hace 10. Ahora el abanico es mucho mas grande y la contención es la palabra más justa. Se avanzó mucho en la incorporación de la psicología al fútbol, pero si queremos hacer eso solo para que el 9 meta más goles, el arquero ataje mejor o el 2 cierre cuando el 4 se va, erramos. Ahora, si lo hacemos para generar un espacio de escucha, para que el jugador pueda contar lo que no le dice a nadie, para que pueda tener un espacio de alivio y que eso, ademas, colabore en el rendimiento, es es otro camino y me parece mucho más importante, porque si no para el profesional se vuelve una presión más dentro de todas las que ya tienen, indica Brindisi.


El profesional también pone el punto en las redes sociales: “Las redes te exponen mucho más, pero en la medida en que vos quieras exponerte. Es lindo tenerlas, tener seguidores y subir fotos, pero la contracara de todo esto es que mucho de ese amor cuando no te está yendo bien se transforma en odio. Esto pasa en todos los ámbitos, pero el deportista está en un lugar donde muchos quieren llegar, entonces pasa mucho más”.


Sobre la psicología y el fútbol, Brindisi opinó que en el pasado “muchos creían que cada uno se tiene que hacer cargo de su salud mental y que plantear un problema de ese tipo es para débiles, cuando muchas veces hacerlo tiene que ver con una fortaleza: reconocer que no se puede con algo y pedir ayuda. Es levantar la mano y reconocerlo, y eso durante mucho tiempo estuvo mal visto y las bocas se mantuvieron cerradas”, argumentó.

“Lo que quiero es poner de manifiesto es que, cuando están en la cresta de la ola y tienen que mantenerse, ahí también es necesario. Hay que entrar por la contención para llegar al rendimiento y no al revés”, enfatizó Brindisi.

Sobre el caso puntual del Morro García, Carignano desarrolló: “Evidentemente, la vida de un futbolista es mucho más que lo visible y que la cancha de fútbol. El no encontrar apoyo a tiempo o no encontrar receptividad del otro lado termina siendo fatal. Una persona contenida puede ser depresiva e incluso muchas veces el acompañamiento puede no alcanzar. La depresión es muy jodida y la ayuda a veces no alcanza, pero lo primero que pensé es qué difícil que es no encontrar receptores cuando uno tiene una necesidad, y que decisión drástica y heavy, pobre tipo. Evidentemente, no encontró a nadie que le diga lo que él necesitaba escuchar. La depresión no se resuelve de un día para el otro, pero la compañía evita la soledad, que es la peor de las consejeras en esos casos”.

Carignano también le endilga algo de responsabilidad a Godoy Cruz y a todos los clubes: Para mí, es claro que no es responsabilidad del club, pero me parece innecesario tener que emitir un comunicado donde se aclare que no tienen nada que ver, porque en el cuadro general el club generó soledad, porque el “Morro” falleció el jueves, y esto se supo el sábado. Su situación laboral seguro que influyó. No fue lo único, pero me pareció innecesario que el club salga a defenderse o a tratar de no quedar incriminado en la situación”, indicó.

Evidentemente, los clubes deberán analizar seriamente esto de contener a los futbolistas... Es un tema de procesos, esa palabra que tanto se usa en el fútbol y que no se respetan. El proceso de un equipo formados por muchos profesionales lleva muchísimo tiempo, pero primero este deporte debe hacer una introspección para decir “este tipo de cuestiones necesitan este tipo de ayudas” y, a partir de ahí, invertir un dinero ínfimo de lo que destinan anualmente en contrataciones para gastar en eso, pero esto no se resuelve de un día para el otro. Ojalá genere la inquietud para ponerse a trabajar en serio, pero lleva tiempo. Instalar hoy a psicología o el apoyo emocional a los futbolistas dará resultados de acá a un tiempo, pero en el mientras tanto seguiremos expuestos”, concluyó el ex delantero, hoy ligado a cuestiones de la literatura.

En la misma línea que Carignano, Brindisi marcó que los beneficios que tienen por su Carrera, no son sinónimo de bienestar: “Lo millonario y lo famoso no te quita lo humano. La vida no es Instagram, donde todo es hermoso y todo cierra. Si bien la vida del deportista puede llegar a ser muy linda para muchos, también tiene el costado de la exigencia, de la demanda, de tener que estar concentrado siempre, de llegar a un rendimiento y a objetivos. Nunca vas a rendir bien en todos los lugares. El futbolista es humano y por eso hay que entrar por el lado de la contención, porque si no la persona se sigue sintiendo sola”, cierra.