(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Jhon Viáfara es el "verdugo" de Boca, el hombre que marcó aquel gol en la final que el Xeneize perdió ante Once Caldas, está detenido desde marzo de este año en su país, Colombia. ¿El motivo? Supuestos vínculos con el narcotráfico.

Por primera vez, el jugador habló desde prisión, defendió su inocencia y contó cómo pasa sus días en prisión, a la espera de la extradición a Estados Unidos, dónde será enjuiciado en Texas: "Este es un partido más, una final más que voy a ganar".

"Así como en un momento de mi vida fui un campesino recolector de fruta, pasando a ser uno de los jugadores más grandes de Sudamérica, representando a mi país, ahora soy un colombiano más, preso de su libertad, aprendiendo de gente que está en peores circunstancias que la mía", resumió en diálogo con "La Patria" el jugador que manifestó que se encuentra "escribiendo todas mis vivencias, no solo mías, sino las de mis compañeros".

También manifestó: "De lo único que me arrepiento es no haber puesto a Dios por delante de mis planes y mis proyectos" y remarcó que lo único que quiere es que su proceso avance rápido: "Lo primero que les pedí a los abogados era que me agilizaran todo para ir lo más pronto posible a solucionar el inconveniente. Acá en Colombia no tengo problemas, entonces pedí eso, agilizar".

Sobre su familia y cómo lo tomó, expresó: "Mi familia cometió el error de salir a los medios en medio del desespero. Eso no me gustó, por eso no he salido a los medios, por el amarillismo, por todo lo que se manejó en mi caso. Me atacaron sin darse cuenta o sin haberme visto en grandes mansiones, en carros caros. Sacaron una foto con un arma de fuego cuando tenía 17 años, cuando cometí un error como adolescente. Era un arma de balín. Los medios me acusaron con esa foto y por eso no salí. Por eso no me gustó que mi familia saliera".

Por último, Viáfara se proclamó inocente: “Al igual que mi familia, me considero inocente. Ignoro las leyes de otros países, en este caso las de los Estados Unidos. Estoy muy tranquilo, más allá de los comentarios amarillistas; la gente que me conoce, la gente que ha estado en mi vida, nunca me ha conocido en las grandes mansiones. Hemos sido una familia humilde y trabajadora, nunca hemos tenido lujos".