La noticia de la muerte de Santiago García generó conmoción en el mundo del fútbol. Eduardo Acevedo fue director técnico de Nacional de Uruguay cuando el ‘Morro’ vestía la camiseta del Bolso. En diálogo con Doble Amarilla contó sus sensaciones y describió al jugador.

“El Morro como jugador era, para mí, maravilloso. Un jugador clásico, de clásico. Yo lo dirigí varios clásicos e hizo tres goles. Es una persona en la que yo confiaba plenamente, en los partidos difíciles el Morro era el primero. Una personalidad muy definida, jugador de área, tremendo”, contó Acevedo. Luego, comentó que como persona era “querible totalmente”. “Un tipo sano, bueno, derecho. Conmigo teníamos unas conversaciones espectaculares de la vida. Un tipo muy querible..., describió.

Acevedo contó cómo se enteró de la triste noticia. “Me enteré hoy, estaba en ruta hacia el este en Uruguay y cuando me enteré paré el coche, no lo podía creer”, comentó.

Por otro lado, fue crítico con las redes sociales y consideró que el fútbol deberá tener un aspecto más humano. “Creo que en el fútbol hay que hacer muchas cosas por la gente y el fútbol ayuda a mucha gente, pero lo ayuda muchas veces naturalmente. El fútbol salva muchas vidas, genera muchas cosas, sentido de responsabilidad. Pero también hay que darle más”, indicó.

La crudeza o la malicia de las redes sociales les hace mucho daño hoy a los jugadores. La maldad del ser humano en redes lastima mucho al jugador y la gente no se da cuenta que hay personas, hay familias. Creo que se puede hacer mucho más. El fútbol da mucho por los muchachos jóvenes, pero cosas naturales: sentido de pertenencia, responsabilidad, cuidarse, cosas que ayudan muchísimo”, agregó.

Para cerrar, Acevedo insistió en que la triste noticia de la muerte de García lo tiene “shockeado, muy mal”. “Yo al Morro lo quería volver a dirigir. Habíamos hablado con él hace un par de años y la otra vez tuvimos una conversación telefónica también. Era un tipo que yo quería muchísimo. Una gran tristeza y que en paz descanse. No estaba al tanto de su momento anímico, pero pienso que tenemos que mirar hacia el otro y ver si la gente que queremos necesita ayuda. Es algo muy triste, que duele mucho. Ojalá lo hubiese conocido todo el mundo. El Morro así como se lo veía, con un guiño nos entendíamos y conmigo tuvo muchos códigos, cerró.