El keniano Leonard Langat (2:09:25) ganó el maratón de Viena después de ser descalificado el vencedor inicial, el etíope Derara Hurisa (2:09:22), debido al uso de zapatillas irregulares. El podio lo completaron el etíope Betesfa Getahun (2:09:42) y el keniano Edwin Kosgei (2:10:10).

Después de vencer por tres segundos de margen en los últimos metros y haber sido dado como vencedor en un principio, los organizadores del maratón informaron de la descalificación de Hurisa por el empleo de zapatillas no reglamentarias. El etíope corrió con unas zapatillas con una suela de 50 milímetros, superando el máximo permitido de 40 milímetros.

La World Athelics modificó el año pasado las normas que rigen el calzado de competición, prohibiendo las zapatillas de más de 40 milímetros de suela para proteger "la integridad del deporte". "Desde el año pasado existe una nueva norma que establece ciertas limitaciones para el tamaño de las suelas", explicó el responsable de la carrera, Hannes Langer, a la televisión pública ORF.

Al parecer uno de los corredores que quedó por detrás exigió una revisión del calzado del vencedor y el resultado fue que Hurisa empleó zapatillas que vulneraron la normativa. Aunque Hurisa informó de la utilización de unas zapatillas que cumplían las normas, eligió para el maratón unas que había probado en los entrenamientos y que creía que eran legales.