(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Luego de un parate forzado de cinco meses por la pandemia del coronavirus, el tenis regresó este fin de semana en WTA de Palermo. Las jugadoras tuvieron que encargarse de sus propias toallas y no estrechar la mano de sus oponentes, eso tan sólo como muestra de los cambios que trajo la post-pandemia y que se mantendrán, al menos, hasta la aparición de una vacuna.

Además de lo mencionado, las jugadoras tampoco podrán ducharse en el sitio y ni siquiera pueden tener contacto con los fanáticos a través de autógrafos o selfies. 

Las jugadoras que integraron el cuadro principal del torneo eran oriundas de 16 países europeos y de la Argentina. La WTA permitió la presencia, sólo en el court central, de 1500 aficionados que debían respetar la distancia social. Las jugadoras y cualquiera que entre en contacto con ellas fueron sometidos a pruebas de COVID-19 antes de partir para Palermo, al llegar, y luego de nuevo cada cuatro días.

La primera ganadora de un partido de la WTA en la post pandemia fue justamente Nadia Podoroska, que el sábado en su primer partido de la qualy derrotó a la húngara Reka-Luca Jani por 6-3 y 6-1. Luego sumó dos triunfos más para meterse en el cuadro principal, donde este martes quedó eliminada en la primera ronda tras caer ante la francesa Fiona Ferro por 6-2 y 6-1.

“Estoy definitivamente feliz de no haber olvidado cómo jugar al tenis, cómo jugar los partidos, cómo ganar”, dijo Vekić en una videoconferencia. "Definitivamente fue un poco extraño. Ayer estaba muy nerviosa, y hoy aún más, pero después de los primeros partidos me relajé y me concentré", aseveró Donna Vekić, una de las jugadoras que debutó este lunes en el main draw del certamen.

"Las cosas están cambiando cada semana, así que creo que sólo tenemos que tomarlo semana a semana y tratar de adaptarnos lo mejor que podamos, y esperamos jugar tanto como podamos. La incertidumbre le da a todo el mundo mucha ansiedad, reconoció la croata.