Primero, el contexto. En los '90, el fútbol argentino estaba dominado por el River de Passarella-Ramón Díaz y el Vélez de Carlos Bianchi. Sucede que Boca, con el binomio Diego Maradona y Carlos Bilardo también peleaba (y tenía su lugar). Más allá de los Superclásicos, los enfrentamientos entre Vélez-River o Vélez-Boca también eran de altísimo voltaje. En los duelos entre el Fortín y el Xeneize se sumaba la rivalidad, volcánica, entre Diego y Chilavert.

Aquel 16 de junio de 1996, hace 25 años, se sumó un protagonista estelar de los '90 en el fútbol argentino: Javier Castrilli. El cruce entre Diego y el Sheriff es de los más recordados del fútbol argentino en la historia, todo en medio de una incipiente invasión de hinchas de Boca en una popular visitante que rebasada, una nube de fotógrafos y periodistas en el campo de juego, y el gesto adusto de Castrilli y la desesperación de Diego. ¿El resultado? Aunque anécdotico, también contundente: Vélez 5-Boca 1, con un golazo de Chilavert, de tiro libre. 

Era la fecha 13 del torneo Clausura de 1996, el Boca de Carlos Salvador Bilardo visitaba el estadio José Amalfitani en una noche fría de domingo del otoño porteño. El partido empezó bien para Boca ya que Claudio Paul Caniggia abrió el marcador a los 15 minutos del primer tiempo pero cinco minutos después el equipo conducido por Carlos Bianchi igualó el trámite a través de un polémico gol de Patricio Camps con un cabezazo que no llegó a traspasar la línea de gol. Luego, el arquero paraguayo José Luis Chilavert fue el encargado de dar vuelta el resultado con dos goles memorables ante Carlos Navarro Montoya: uno de tiro libre y otro de penal. Eso dejó servida la mesa para el escándalo. 

Sobre el final del primer tiempo, se produjeron incidentes en la tribuna popular visitante que ocupaban los hinchas "xeneizes" enardecidos por las polémicas decisiones arbitrales de Javier Castrilli, quien además de cobrar un gol ilícito había expulsado a Néstor Fabbri. Maradona, capitán de Boca, reprochó al árbitro y lo responsabilizó por los incidentes y Castrilli decidió sacarle la tarjeta roja directamente por "incitación a la violencia", según reveló años después en una entrevista.

"La gente no se va a comer este garrón", decía Diego, mientras los colegas le informaban que había sido expulsado. "A mí no me informó de nada, ahora voy a verlo", decía Diego, custodiado por Carlos Bilardo, DT de aquel equipo Xeneize. 

"Soy jugador, tranquilo. Explíqueme ¿por qué? Maestro ¿usted está muerto? No está muerto. Explíqueme, por favor se lo pido", le rogaba Diego a Castrilli. Ahí, el Mono irrumpió con su famoso "Vamos, Armando, no te va a contestar", lo que sacó aún más de las casillas a Diego. "¿Qué no me va a contestar? Pero entonces es un botón. Es un botón, un hijo de p...". Aquella fue la última expulsión de Diego en el fútbol argentino. Y quedó en el recuerdo, como casi todo lo que involucró al Diez en una cancha de fútbol. 

El partido siguió y en el segundo tiempo, Vélez, que unas fechas después se proclamó bicampeón, amplió la ventaja para coronar aquel 5-1, que se mantiene como su mejor resultado ante Boca en la historia. Además de Fabbri y Diego, en Boca vio la roja Carlos Mac Allister a un minuto del final.