(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El 13 de diciembre de 2017, Independiente conquistó ante Flamengo la Copa Sudamericana. En pleno Maracaná, el equipo de Ariel Holan logró una conquista internacional, su metiêr a lo largo de la historia. Lo que parecía un punto de partida, el inicio de una era, fue el principio del fin. Holan se creyó con superpoderes y trajo jugadores a troche y moche con dos grandes objetivos en mente: romper la sequía en el campeonato local e ir por la Copa Libertadores 2018. En aquel torneo, Santos metió la pata de manera administrativa y el ‘Rojo’ se metió en 4tos, dónde esperaba River que luego sería campeón. La noche del 2 de octubre de 2018, el equipo de Marcelo Gallardo ganó 3-1 en su estadio, con los goles de Scocco, Juanfer y Borré, el ciclo Holan recibió el golpe de gracia.

Siguió, sin embargo, un tiempo más. Un tiempo que fue autodestructivo para el club desde lo deportivo y que, sin dudas, erosionó lo económico con grandes erogaciones. Malos mercados de pases y un plantel que se había roto la noche del revés en el estadio Monumental. El 30 de mayo de 2019, Ariel Holan se fue del club. Ojo, fue se segunda ida. “Doble Amarilla” reveló que, la noche que el club obtuvo el título en el mítico escenario de Río de Janeiro, Holan también se fue de Independiente. Después, recapacitó. Pero esa noche y en el avión, Holan ya no era el DT de Independiente.

En el medio, entre la noche del Monumental y la salida definitiva, al club llegaron entre otras firmas, Silvio Romero, Pablo Pérez y Cecilio Domínguez, la compra más cara del club: más de u$s 6 millones por el 70% del pase. 

Ese “tendal” que dejó Holan no pudo ser puesto en valor por Sebastián Beccacece, que no hizo nunca pie en el Rojo. Incluso, en su breve ciclo, el club no estuvo nunca cerca de pelear nada. El ex Ayudante de Sampaoli no fue solución. Terminó peleado con Pablo Pérez y Nicolás Domingo y se terminó yendo luego de perder en 4tos de final de la Copa Argentina, a manos de Lanús.

En el medio, en septiembre de 2019, el club presentó un balance que arrojó un déficit de $242 millones y, el actual, que ya cerró aún no se dio a conocer, pero se prevé con números aún más rojos. Existió en el mercado de pases de enero de 2019, un gasto en refuerzos que superó los u$s 10 millones y el club se cavó su propia fosa económica. En el medio, Hugo Moyano, su presidente, también estaba muy abocado a su guerra de años con Mauricio Macri que se recrudeció durante los años de mandato del ex Presidente de Boca al frente de la Nación y al ritmo que la crisis económica nacional iba in-crescendo. Moyano y su hijo, Pablo, sobre el que pesó el pedido de prisión preventiva en más de una oportunidadEntre los motivos que esgrimía el macrismo para encarcelarlo, estaba el rubro “administración fraudulenta” en el Rojo.

En lo deportivo, luego del interinato de Fernando Berón cuando se fue Beccacece, apareció la figura de Lucas Pusineri. Cambió el signo político en el país con la victoria de Alberto Fernández y Moyano pasó de ocupar las páginas de judiciales en el macrismo a estar muy cerca de Alberto en los actos públicos. Parecía que todo se encaminaba. La derrota ante Racing, con 9 hombres, regeneró los nubarrones deportivos y el espectro económico terminó por volver a poner gris el cielo rojo de Avellaneda y la tormenta se desató con la llegada del coronavirus.

Con la pandemia en curso, los problemas económicos se agudizaron y en lo deportivo lo complicado estuvo en la búsqueda del Manager. Fracasado el intento por arrimar a Diego Forlán en esa posición, el nombre del Rolfi Montenegro sonó con fuerza varias veces, con distintos niveles de certeza de su nueva función. De pronto, apareció Jorge Burruchaga, un histórico para hacerse cargo de ese lugar, mientras los próceres, Bochini y Bertoni también pedían tener voz y voto.

Cumplido un tiempo prudencial de la pandemia y con la fecha límite del 30 de junio cerca, una oleada de intimaciones llegó a Avellaneda, vía Agremiados. 12 futbolistas intimaron al club. Gastón Silva fue el primero que se declaró libre por la deuda que el club mantenía con él y, luego, amplió su reclamo a la FIFA.

Detrás, empezó la nóvela de Martín Campaña. El arquero, que llegó en enero 2017,  pasó en el último mes de intimar al club, amenazar con la libertad de acción, meter a Agremiados en el reclamo, correrlo, arreglar mano a mano con el club, querer forzar su salida a México a este presente, en el que está disgustado con la CD porque a último momento cambiaron las reglas para su salida a Pumas.

Otro nombre de peso que está enfrentado con la CD fue Silvio Romero. En el caso del delantero, además de las intimaciones y reclamos, Romero le puso palabras a su disgusto, cuando señaló que la CD lo estaba empujando a irse del club: “Yo no quiero irme, pero nunca me cumplieron lo firmado”.

Casi al mismo tiempo, estalló la bomba Cecilio. Rota la relación del guaraní con la hinchada después del 0-1 ante Racing, Cecilio anda con ganas de irse del club. La deuda que la institución tiene con él, más los u$s 4 millones que le debe al América el club por su pase, configuran un escenario propicio para la salida. El punta paraguayo se consideró “libre” por falta de pago. Héctor “Yoyo” Maldonado aseguró en las últimas horas que el club le pagaría la deuda, en tres cuotas. Sin embargo, surgió una nueva trama: el jugador quiere cobrar su sueldo en dólar –liqui, -es decir, a un valor de $114 por cada dólar- y eso lo aleja de las posibilidades económicas del Rojo.

En el medio, el “esfuerzo” que se iba a hacer por Lucas Biglia –ya descartado- sonó a paso de comedia y el actual Manager del club, Jorge Burruchaga ya podría dejar de serlo. La llegada de Gerardo Alegre Rojas, decidida de manera unilateral por al CD, sin consultarlo con él ni con Pusineri, fue una gota que rebalsó el vaso de un “Burru” que no está conforme con la llegada de un jugador que no tiene el visto bueno, ni siquiera, de Fernando Berón el coordinador de inferiores y que podría irse a préstamo. Esta tarde, según pudo saber "Doble Amarilla", habrá una reunión clave entre Burru, Pablo Moyano y ‘Yoyo’ Maldonado. Quizás en ese encuentro, el emblema del club pegue el portazo y se corra de un lugar dónde está incómodo.

Campaña, Silvio Romero y Juan Sánchez Miño son los tres jugadores que podrían irse del club, a ellos hay que sumarle a Cecilio, que está pendiendo de un hilo. En parelalelo, el Rojo ya podría ponerse una sucursal en Zurich para dar respuesta a la cantidad de juicios que tiene en FIFA. Al día de hoy, Silva, ‘Carlangas’ Benavídez, Romero, Cecilio, Fernando Amorebieta y el chileno Francisco Silva tienen litigios abiertos en Zurich y el dinero reclamado asciende a u$s 17 millones, sin contar posibles intereses. FIFA acaba de fallar en contra de la institución de Avellaneda y la condenó a pagarle al América u$s 4 millones, aunque el club argentino apelará al TAS para comprarse un poco de tiempo e intentar bajar el dinero a pagar. En ese contexto, los u$s 750 mil que el club le debe a River por el pase de Alex Barboza aparecen como una ‘limosna’.

También, de a poco, empiezan a aparecer apellidos de renombre que quieren ser los nuevos conductores del club. Cristián Ritondo, Diputado Nacional por Buenos Aires y presidente del bloque PRO, es la figura que asoma como oposición a los Moyano. Incluso Patricia Bullrich no descartó sumarse al armado, trasladando la rivalidad de la arena política nacional a la política deportiva. También habrá que ver qué papel juega Martín Redrado, quién ya finalizó una auditoría en el club y si Andrés Ducantenzeiller cristaliza sus deseos de volver, con el apellido Grondona detrás.

¿Qué sucederá con Independiente? El club desaprovechó la chance deportiva que le dio el título en la Copa Sudamericana y no supo administrarse económicamente. A esas dos realidades, hay que sumarle el contexto actual, de clubes en jaque con ingresos prácticamente congelados por el coronavirus. Lo más concreto que, ante este escenario, aparezca el famoso “paga-Dios”, porque, a todas luces, se ve que hoy el Diablo no puede.