(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Gustavo Alfaro se fue de Boca. Y, fiel a su estilo, dejó una carta muy sentida a modo de despedida del hincha de Boca. El DT se fue con la frustración de no haber podido ganar la Copa Libertadores de América y tampoco logró finalizar el 2019 en lo más alto de la Superliga: quedó a un punto del líder Argentinos. 

Este es el texto completo, dónde Alfaro resalta las luces y sombras de su ciclo en el club y pone especial enfásis en no haber logrado la Copa Libertadores, algo que le causó dolor. 

Al pueblo de Boca.

Querido pueblo boquense, me dirijo a ustedes con motivo de la finalización de mi contrato con Boca Juniors. No es sencillo para mi escribir esta carta, de despedida, luego de un año vertiginoso, que pasó rápido, y me deja sensaciones ambigüas. Por un lado la sensación de habernos quedado a mitad de camino en un proceso, y por el otro, la gratitud inmensa de haber podido trabajar en un club único y diferente. No fue sencillo aquel 3 de enero ponerse al frente de un plantel que se encontraba con su orgullo dañado, pero dispuestos a ofrecer nuevamente su corazón, como lo marca su historia, pero también, como lo define un rasgo característico de este plantel, que es ponerle el pecho a cada desafío. 

Inmediatamente como empecé a transitar los pasillos del club y recorrer los distintos lugares, la pasión, la solidaridad, el orgullo y la pertenencia que define al hincha de Boca, empezó a manifestarse en toda su dimensión. Porque una cosa es saberlo, pero otra muy distinta es experimentarlo. Por eso quiero agradecer en Primera medida a su presidente Daniel Angelici y a toda su Comisión Directiva, agradecerles por su acompañamiento y apoyo, a toda la gente que trabajó junto a nosotros en todo el proceso, desde los guardias de seguridad que te daban el buen día siempre con una sonrisa y una voz de aliento, los mates en la lavandería, los utileros, los empleados de la cocina (cracks verdaderos), los muchachos que cuidaban los campos tanto en Casa Amarilla como en Ezeiza, el cuerpo médico, toda gente de capacidad increíble, pero por sobre todas las cosas con calidez humana. Hicieron que todo el trabajo fuera sencillo.

Y un agradecimiento muy especial para Nicolás Burdisso y a toda su Secretaría Técnica, por haber confiado en nosotros, porque a pesar de las dificultades que sabíamos que nos podíamos encontrar, decidimos recorrerlo juntos, pero por sobre todas las cosas, por su profesionalismo, su compromiso y dedicación. Por las interminables charlas de fútbol, donde volcábamos toda nuestra pasión e ilusiones. Por habernos integrado con el fútbol de Inferiores y habernos hecho parte de ellos, gracias a los técnicos de Reserva y de las categorías juveniles, por estar siempre dispuestos a cedernos los jóvenes talentos, para que los fuéramos conociendo y facilitar nuestro trabajo. Nico, demostraste que se puede hacer un trabajo profesional sustentado en valores, algo que en el fútbol hoy no abunda. 

Y por último a los jugadores, gracias por su compromiso y su dedicación, por sus ganas permanente de superarse. Como se los dije en muchas charlas, saben lo lindo que fue jugarme la vida, y mirar para el costado y verlos a ustedes, preparados y con la cara pintada en la trinchera, dispuestos a dar batalla. Un plantel de HOMBRES, que merece lo mejor, y que no tengo dudas que en las próximas 7 fechas le pondrá una estrella más a ese escudo plagado de ellas. Me llevo emociones muy fuertes, como lo fue transitar ese túnel camino al campo de juego, la primera noche de Libertadores y esa Bombonera que late de manera única, esa pasión que contagia, que se derrama por esa multitud y baña todo el campo, haciendo entender que no hay pelota que no se dispute, ni esfuerzo que se negocie. Una pasión que no tiene fronteras ni límites, a cada sector del país que uno recorra, en cada latitud del mundo que uno se encuentre, siempre habrá un hincha de Boca al que no le importe las horas de vigilia por una foto o un autógrafo de sus ídolos. Eso es Boca. Pasión. Nunca voy a olvidar, mas allá del dolor, la noche del superclásico que ganamos y con el orgullo que recorrí esos metros desde el banco hasta el túnel, por la demostración de coraje que dieron los jugadores. 

Me llevó muchas imágenes y muchas sensaciones, algunas de dolor por no poder haberle dado al hincha la Séptima. Miraba el cuadro de la próxima Copa Libertadores y lo veía inmenso, y siempre Boca está ahí, en las fases finales, entre los mejores. Por eso primero quiero desearle todo el éxito del mundo a la nueva Dirigencia, ojalá puedan darle a los hinchas lo que tanto anhelan. Deseo fervientemente que consigan el éxito, más allá de que no es algo que uno encuentra. El éxito es producto de un proceso, no compren las verdades que nos quieren vender, de éxito o fracaso tan literal si se consigue o no un título. Deseo que sean más exitosos que exitistas, que apuesten al éxito, porque el camino para poder alcanzarlo no es una línea recta, y no descarta pequeños fracasos parciales. Por eso, apuesten a un proceso, por más apologías del fracaso que escuchen. Porque Boca es Boca, siempre se regenerará su espíritu, y en las pequeñas correcciones que se hagan en la adversidad, se encontrarán las respuestas que llevarán a Boca al lugar deseado.

Sólo me queda decirles GRACIAS, en nombre de todo mi cuerpo técnico. 
Muchas felicidades para este cierre de año y para lo que viene. Que se cumplan todos sus deseos.
Hasta Siempre.

Gustavo Julio Alfaro